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Sonora

Panteón de Navojoa: historia en el olvido

La necrópolis, construida en 1823, está en abandono; piden intervención del INAH

Panteón de Navojoa: historia en el olvido

Una de las pocas tumbas antiguas que se conservan en el lugar es la de don Inocente Amparán, bisabuelo del ex alcalde de Navojoa, Gustavo Mendívil Amparán, quien en el año 1909 recibió y dio protección a Francisco I. Madero, pese a las órdenes de Porfirio Díaz de no darle hospedaje.

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Navojoa encierra también casi 200 años de historia, pues ahí fueron sepultados los primeros habitantes de Navojoa , desde su fundación en 1614 hasta el siglo 21.

Ubicado en el callejón de Pueblo Viejo, el cementerio es uno de los lugares más antiguos y emblemáticos del municipio, pero, a pesar de su gran valor histórico y cultural, este lugar se encuentra en abandono y desprotegido.

Construido en 1823, el Panteón Navojoa es considerado Patrimonio de la Nación, por lo que las autoridades locales hicieron un llamado al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), para que se encargue de su preservación y conservación.

La demolición de tumbas muy antiguas ha sido una práctica común en este cementerio, lo que ha provocado la pérdida de gran parte de su patrimonio histórico.

UN EJEMPLO

Una de las pocas tumbas antiguas que se conservan en el lugar es la de don Inocente Amparán, bisabuelo del ex alcalde de Navojoa, Gustavo Mendívil Amparán, quien en el año 1909 recibió y dio protección a Francisco I. Madero, pese a las órdenes de Porfirio Díaz de no darle hospedaje.

Esa tumba es solamente un pequeño ejemplo de la importancia histórica que tiene el Panteón Navojoa.

Según Arnoldo Ramírez de los Reyes, Navojoa empezó a enterrar a sus muertos enfrente de la iglesia, pero con el crecimiento del pueblo, se construyó el primer panteón formal, en el cual la tumba más antigua data de 1809.

El Panteón Navojoa, aseguró, es un lugar de gran importancia histórica y cultural, ya que en él están enterrados personajes importantes de la ciudad.

Sin embargo, pocas tumbas conservan los nombres y el panteón se encuentra en un estado de abandono, sin límites bien definidos.

LA PROFANACIÓN

Aunque profanar un cementerio es una falta de ética y de respeto hacia la historia y la cultura de un pueblo, los amantes de lo ajeno no han reparado en ello.

Ramírez de los Reyes indicó que los camposantos son considerados lugares sagrados y deben ser preservados y conservados como patrimonio cultural de la nación.

Es fundamental, sostuvo, que las autoridades locales y el INAH tomen medidas para proteger y preservar el Panteón Navojoa, con el objetivo de que las generaciones futuras puedan conocer y valorar la historia y la cultura de esta ciudad, ya que este lugar histórico debe ser valorado y respetado y no olvidado ni abandonado a su suerte.