A cuatro años

El 5 de mayo del 2010 se firmó el pacto del Río Yaqui. Una alianza para impulsar una política de gestión de más agua con la desalación

A cuatro años

Se desea larga vida a todas las personas, especialmente a la gente comprometida e inteligente como el yoreme Tomás Rojo; y sigue doliendo el hecho de que le hayan interrumpido su existencia.

Le temían a su inteligencia, a la comprensión que tenía de que las expectativas de mejoras a la Tribu Yaqui, solo podrían ocurrir en el contexto de una mejoría de la región y de la economía nacional.

Tomás entendía la trampa "antropologista" de quienes alimentan el aislamiento de la tribu con nociones autárquicas sobre la territorialidad. En oposición a tales nociones, promovió siempre el establecimiento de alianzas regionales y nacionales de la tribu con otras fuerzas y organizaciones.

En ese espíritu se firmó el pacto del Río Yaqui, el 5 de mayo del 2010. Una alianza del pueblo yoreme con los habitantes del sur de Sonora, para impulsar una política de gestión de más agua con la desalación y el Plhino, en contra de los intereses y corporativos privados que por la fuerza- y usando a los gobernantes corruptos- impusieron la operación ilegal del Acueducto Independencia para despojar a la tribu y a la región de las aguas del Río Yaqui, sin importarles, como ha quedado en evidencia, que dicha obra incrementaría el estrés hídrico de Sonora.

Esa era la estatura moral de Tomás y sus alcances políticos. Por eso no aceptamos, ni aceptaremos, la banalización que hizo la Fiscalía del Estado de Sonora al determinar el móvil de su asesinato.

No se han inventado los ultrajes, tampoco los cuchillos, ni las armas que puedan matar la memoria de personas como Tomás Rojo Valencia.