Reabre Notre-Dame: el evento reunió a líderes internacionales
El arzobispo de París, Laurent Ulrich, oficializó la reapertura al golpear tres veces las puertas de la catedral, un gesto cargado de simbolismo
Este sábado, la emblemática Catedral de Notre-Dame de París volvió a abrir sus puertas después de cinco años y medio de ardua restauración. En un acto histórico y lleno de emoción, líderes de todo el mundo se reunieron en la ciudad para presenciar la reapertura de este monumento, un símbolo no solo para Francia, sino para toda la humanidad.
Aunque Francia es un país laico, la importancia religiosa y cultural de Notre-Dame fue lo que unió a los presentes en un momento de reflexión colectiva. El arzobispo de París, Laurent Ulrich, oficializó la reapertura al golpear tres veces las puertas de la catedral , un gesto cargado de simbolismo que invitó a los fieles a regresar a este lugar de veneración.
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El arzobispo de París golpea tres veces la puerta de Notre-Dame para reabrir la icónica catedral tras el incendio de 2019. pic.twitter.com/gIyUKwFCh2
— THE OBJECTIVE (@TheObjective_es) December 7, 2024
Además, el presidente francés, Emmanuel Macron, aprovechó la ocasión para agradecer a quienes hicieron posible la restauración y para destacar el desafío que representó la renovación de la catedral, calificando la hazaña como "lo imposible hecho realidad".
Este evento no solo fue una celebración del renacimiento de un monumento, sino también un punto de encuentro para líderes internacionales.
Desde el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, hasta mandatarios de otras naciones, la reapertura de Notre-Dame se convirtió en una plataforma diplomática, uniendo a diferentes países a través de un símbolo común.
MÁS QUE UN SÍMBOLO DE DEVOCIÓN RELIGIOSA
La catedral, que ha atraído a millones de turistas a lo largo de los años, no solo representa la devoción religiosa, sino que también es un ícono del patrimonio arquitectónico mundial.
El renacimiento de Notre-Dame subraya la relevancia de la conservación de los monumentos históricos en el siglo XXI, especialmente cuando son testigos de eventos globales que conectan a naciones y culturas.
Su restauración resalta la capacidad de la humanidad para recuperar lo perdido, preservando no solo la estructura física, sino el simbolismo de la unidad y la cultura compartida.