¿Escuchas música antes de dormir? Por esta razón no es recomendable, según la ciencia
Aunque puede ser un gran aliado para relajarnos, es importante crear una rutina nocturna que te ayude a desconectar y prepararte para descansar
La música puede ser un gran aliado para relajarnos y desconectar del estrés del día a día. Sin embargo, aunque parezca inofensivo, escucharla antes de dormir podría estar afectando la calidad de nuestro sueño más de lo que imaginamos.
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Un estudio reciente de la Universidad de Baylor ha revelado que escuchar música, incluso si es relajante, puede interferir con nuestro descanso nocturno. Según el profesor de psicología y neurociencia Michael Schullin, nuestro cerebro sigue procesando la música después de que ha dejado de sonar, lo que dificulta la conciliación del sueño y altera nuestros ciclos de sueño.
¿A QUÉ SE DEBE?
Las partes más pegadizas de las canciones se quedan dando vueltas en nuestra cabeza, impidiendo que nuestro cerebro se relaje y entre en un estado de sueño profundo. Esto se debe a que la música activa áreas del cerebro asociadas con la memoria y el procesamiento de información, dificultando la transición hacia el sueño.
Dormir mal puede tener graves consecuencias para nuestra salud física y mental, pues la falta de sueño se ha relacionado con:
- Problemas de concentración
- irritabilidad
- Aumento de peso
- Mayor riesgo de enfermedades crónicas
- Calidad de vida (a largo plazo)
¿CÓMO PUEDO MEJORAR LA CALIDAD DE SUEÑO?
Si quieres mejorar la calidad de tu sueño, es recomendable evitar escuchar música justo antes de acostarte. En lugar de eso, puedes optar por actividades relajantes como leer un libro, tomar un baño caliente o practicar técnicas de relajación como la respiración profunda.
Es importante crear una rutina nocturna que te ayude a desconectar y prepararte para descansar, por ello también debes evitar la exposición a pantallas, realizar actividades relajantes y crear un ambiente tranquilo en tu habitación.
Además de escuchar música, otros hábitos pueden interferir con nuestro descanso nocturno, el uso excesivo de dispositivos electrónicos, como teléfonos móviles y tablets, antes de dormir expone nuestros ojos a la luz azul, que inhibe la producción de melatonina, la hormona que regula el ciclo del sueño.
Asimismo, consumir cafeína y alimentos pesados cerca de la hora de acostarse puede dificultar la conciliación del sueño y alterar su calidad.