Danny Libicki recorre América en su bicicleta

Gastronomía, cultura y amistad en la travesía de Danny Libicki

Por: Román González

A sus 32 años de edad, el estadounidense Danny Libicki se encuentra actualmente en Cajeme, después de haber pedaleado desde Argentina y recorrido 15 países de toda América Latina, solo cargado con sus objetos personales, su bicicleta y el fuerte deseo de cumplir su reto de conocer Latinoamérica.

En entrevista para el Diario del Yaqui, el joven oriundo de California, Estados Unidos, relató que inicialmente su idea era viajar de mochilero, por lo cual tomó un vuelo a Brasil, donde comenzó a recorrer sus provincias de raite.

"Camino en las montañas, conocí a un australiano que estaba viajando en bicicleta desde Argentina y me dio la idea, me inspiró a comprar una bici y probar el viaje en bicicleta. Justo en ese momento que había decidido que quería viajar así, y justo llegó un viajero a mi hostal y quería vender su bicicleta para regresar a su país, y dije es el destino, yo te compro la bici, entonces esta bici que compré a ese viajero ya había tenido dos dueños, yo soy el tercero y esta poderosa ya va para su tercera vuelta por América, la misma bicicleta y es una bicicleta normal", compartió.

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Explicó que, desde el inicio de su travesía, le tomó tres años llegar a México, con la idea de cruzar desde entre las esquinas más largas del país, de Cancún a Tijuana. Tras largos recorridos y experiencias conociendo diferentes rincones de la nación, explicó que la amabilidad del pueblo mexicano es única en el mundo.

"Hay momentos en los que uno pasa por situaciones que se siente el peligro, tal vez con la gente. Yo solo viajo de día, una regla que tengo para estar seguro, pero a veces toca pedalear de noche porque no se llega hasta un lugar para pasar la noche a tiempo. Hay momentos en los que llega una tormenta y tienes que pasar por lluvias en la noche y no sabes a dónde vas a llegar, o cuándo vas a poder encontrar un refugio", relató.

Pese a lo anterior, explicó que nunca le ha faltado en su camino la amabilidad de la gente, quienes le brindan asilo y una comida, siempre con una sonrisa. "Puedo tener esas experiencias con la gente que me invita a su casa. Yo llevo mi casa de campaña y a veces me dan un espacio en su patio para pasar la noche. Me invitan por eso viajo por esos momentos compartidos con la gente".

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En su paso por el municipio, señaló que, haciendo honor a la bondad mexicana, en Sonora ha visto a la gente más alegre y amistosa, así como una gastronomía de primera. "La comida buenísima, la gente también me ha tratado muy bien. Llegué apenas antier, entonces apenas voy conociendo, pero ya he disfrutado mucho. He pasado por la Laguna de Náinari, he comido tacos de carne asada, mariscos, todo muy bueno. Hoy en la noche me van a llevar a unos dogos, no sé, creo que voy bien, disfrutando la gastronomía local y todo es súper rico. Acabo de ir a Cócorit a conocer el Museo de los Yaqui y está muy interesante, entonces estoy disfrutando mucho aquí".

Finalmente, dijo que aunque le queda bastante tramo para finalizar su viaje, el cual culmina en su casa en California, después de pasar tiempo con su familia, planea regresar a México a reencontrarse con los amigos que hizo, señalando que lo más importante de su travesía es justamente hacer amigos y conocer el mundo.

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