La Cura de Moisés es una planta súper decorativa debido a sus hojas grandes y sus flores blancas, que presentan una belleza sin igual. Esta ejemplar aporta un gran valor estético a los hogares y levanta cualquier decoración. Para mantenerla siempre saludable, debes tener en cuenta algunos trucos, y hoy te contaremos uno muy efectivo.
Para que este ejemplar esté siempre perfecto, jardineros expertos aconsejan utilizar bicarbonato de sodio. Este ingrediente, que se encuentra en la mayoría de las cocinas, ofrece múltiples beneficios para las plantas.

¿CÓMO REVIVIR LA CUNA DE MOISÉS CON BICARBONATO?
Para revivir tu Cuna de Moisés utilizando solo bicarbonato de sodio, debe implementar los siguientes métodos:
1. Fertilizante casero
El bicarbonato de sodio es rico en carbono, nitrógeno y oxígeno, lo que permite estimular el crecimiento y aumentar su floración. Lo único que debes hacer es diluir una cucharada de bicarbonato en un litro y medio de agua a temperatura ambiente. Revuelve bien, y luego, aplica la mezcla sobre las raíces de las plantas.
2. Combate las plagas
Con este ingrediente también podrás proteger tu planta de cualquier tipo de hongo, plaga o enfermedad. Mezcla una cucharada y media de bicarbonato con un litro de agua. Pon el líquido en una botella y agita bien. Cuando tengas una sustancia homogénea coloca un rociador y esparce la solución en las hojas de las plantas.
3. Limpiador de hojas
Limpia cada una de sus hojas utilizando una cucharada de bicarbonato, tres gotas de vinagre y un vaso de agua. Mezcla bien los ingredientes y moja un trapo con el líquido para limpiar las hojas de tus plantas.

OTROS CUIDADOS IMPORTANTES
- Riego moderado: la tierra debe estar húmeda, pero sin encharcamientos ya que sus raíces pueden pudrirse fácilmente.
- Iluminación: coloca la planta en un lugar donde reciba luz indirecta y evita la exposición al sol, ya que tú puede quemar sus hojas.
- Poda: quita las hojas secas o amarillentas para que la planta crezca saludablemente.
- Temperatura: entre de 18 y 27ºC. Evita exponerla a climas fríos.
- Trasplante: cambia la maceta cada uno o dos años en primavera.
- Plagas: revisa tu planta para asegurarte que no tenga ácaros o cochinilla.