Sonora. Productores de trigo no consiguen subsidios para el cereal; analizan acciones
Trigueros se encuentran “de capa caída” tras la reunión sostenida este miércoles en Hermosillo
"Falta voluntad política de la federación para garantizar un precio rentable para el trigo", resaltó Mario Alberto Pablos Domínguez.
El presidente del Grupo Tres Valles manifestó que "no hubo nada", refiriéndose a los resultados de los que fueron enterados en la reunión con el Gobernador hoy miércoles en Hermosillo.
"Estamos como al principio, el Gobernador del Estado, Alfonso Durazo Montaño anunció una política de aranceles para frenar la importación del trigo y maíz, pero es todo”, apuntó.
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La federación, dijo, no destinará recursos emergentes para atender la problemática de los bajos precios en el mercado internacional.
"Definitivamente, el posible cierre de las fronteras para la importación de granos no es suficiente", aseguró.
Mario Alberto Pablos Domínguez adelantó que este miércoles, los representantes de los organismos agrícolas del sur de Sonora sostendrán una reunión con los productores para exponer la problemática y determinar las acciones a tomar.
PRIVA DESESPERACIÓN
La indefinición de un precio rentable para la producción de trigo tiene a los productores al borde de la desesperación, así lo manifestó Ricardo Martínez Parra, quien agregó que en la reunión que sostuvieron con Alfonso Durazo "no hubo nada".
El presidente del Sistema Producto Trigo en San Luis Río Colorado puntualizó vía telefónica la inconformidad de los productores ante lo que calificó como "falta de voluntad política".
La demanda de los productores es de 8 mil pesos por tonelada de trigo, "para alcanzar a cubrir los costos de producción, que ronda en los 45 mil pesos por hectárea", detalló.
"Si los industriales pretenden pagar el precio internacional de Chicago más bases que va de los 4 mil 700 a los 4 mil 800 pesos por tonelada, se desploma el sector", agregó.
Sobre los hechos que se vivieron en Mexicali, donde se llegó a los golpes, consideró que se trató por la misma desesperación de los productores ante la falta de voluntad política para garantizar un precio rentable.
