Revisan antiguo Mercado Municipal

El inmueble funciona desde 1912 y es un inmueble icónico de Hermosillo

Revisan antiguo Mercado Municipal

Personal del área de Monumentos Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Sonora, evalúa la situación del Mercado Municipal de Hermosillo.

Y es que la tarde del martes, parte de la fachada se derrumbó, por lo que la zona tuvo que ser acordonada y nadie resultó lesionado; sin embargo, el tema de la rehabilitación del inmueble de nuevo llega a ser tema.

Este derrumbe ocurrió en la entrada norponiente del monumento histórico, y años atrás la entrada que había presentado problemas era la del suroriente, donde por mucho tiempo se mantuvieron unos andamios, para sustituirlo por una estructura de metal que le da sostenimiento a esta entrada.

El Mercado "José María Pino Suárez" forma parte del Catálogo de Monumentos Históricos Inmuebles del INAH en el Centro de la ciudad capital y en Sonora, además que es un inmueble de relevancia para la ciudad.

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De acuerdo con información proporcionada por el cronista de Hermosillo, Ignacio Lagarda Lagarda, en 1910 fue colocada la primera piedra por parte del gobernador Luis Emeterio Torres, para dar inicio a la construcción del parián, esto luego de inaugurar la escuela Leona Vicario.

Posteriormente, la Revolución Mexicana obligó a suspender las obras del inmueble en 1911, y fueron reanudadas en 1912, gracias a un empréstito del Banco Occidental por la cantidad de 60 mil pesos.

La construcción fue por parte del ingeniero Felipe Salido, quien la terminó en 1913, con el nombre de Mercado "Pascual Orozco".

El edificio se puso en operación el 29 de noviembre de 1912 con el nombre de "Mercado Municipal de Hermosillo José María Pino Suárez", sustituyendo el de "Pascual Orozco", por haber traicionado los principios de la Revolución Maderista en 1912.

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Durante los años 1912 a 1913, en su interior tocaban las orquestas Palacios, Jarero y Anguiano.

El 8 de octubre de 1914, el relojero Manuel G. García le entregó al Ayuntamiento los cuatro relojes que colocó dentro de los medios puntos de las fachadas de los ángulos del mercado, por lo que en esta fecha comenzaron a funcionar.

La instalación de las piezas de referencia era necesaria, ya que en la ciudad no había relojes públicos, esto en un barrio de tal importancia.

Los puestos más antiguos que aún funcionan son: Café Panchita, abierto en 1917 por Francisca Nieblas y que actualmente atiende Miguel Villa, miembro de la tercera generación desde 1970.

Le sigue el Café Elvira, inaugurado en 1936 por Elvira Murillo y que actualmente administran sus descendientes divididos en dos puestos, y el tercero es el Café Don Cele, abierto en 1958 por Celerino Medina Flores y que administran en la actualidad sus descendientes.

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