A pesar que Micaela es una mujer que sufre de sus facultades mentales y que vive en la vil pobreza, nunca abandonó a su pequeño, a quien lo trasladaba continuamente por las calles en una carriola.
Fabián PérezĀ
Ambos eran vistos deambulando por las calles de esta ciudad pidiendo limosna. Micaela empujaba una carriola varios kilómetros para poder llegar a un lugar en donde comer y beber agua.
Este fin de semana, personal de Prevención del Delito en Navojoa, activaron el protocolo de seguridad y atención a víctimas de violencia familiar para poder asistir y atender a la mujer y su niño.
Miriam Yazmín Hernández, coordinadora de Prevención del Delito, explicó que al ver la situación en que vivían Micaela y su hijo, la alcaldesa María del Rosario Quintero Borbón dio la instrucción para apoyarlos en lo que fuera necesario.
Ambos fueron atendidos inmediatamente, primero por personal de Salud donde se les hizo la prueba de Covid-19 y se les realizó estudios clínicos.
Comentó que a Micaela se le atenderá en una clínica especializada en salud mental del Estado y el menor será resguardado en un albergue, para que posteriormente lo cuide un familiar como red de apoyo.
Rocío Rocha compartió que en dos ocasiones pretendía ayudarlos con una despensa, pero al momento de acercarse con Micaela, esta salía corriendo, por lo que no se dejaba ayudar.
"En dos ocasiones había querido apoyarla con una despensa, pero al momento que me acercaba, ella parecía que veía al diablo y salía corriendo. Me daba mucho miedo, quise dejarle el apoyo en el suelo para que la recogiera, pero nunca pude hacerlo", aseguró.