buscar noticiasbuscar noticias
Sonora

Oran en en Navojoa para que termine pandemia y violencia

Mujer navojoense suplica a la Virgen de la Balvanera
Reloj Tiempo de Lectura

Mujer navojoense suplica a la Virgen de la Balvanera


Con un rosario de color blanco pegado al pecho, Genoveva Palomino Urbajelo camina por un costado de la carretera y reza para pedir que pare la pandemia y la violencia en México. 

A lo lejos de un tramo de la carretera Navojoa-Álamos se podía observar a una mujer con una manta en su cabeza, una blusa de mezclilla larga y de color azul, mallas de color guinda y un par de tenis bajitos. Genoveva caminaba a paso firme tratando de llegar a la Iglesia de La Aduana para visitar a la Virgen de la Balvanera. 

La vecina de la colonia Juárez comenta que es la primera ocasión que transita a pie por la carretera, pues tenía cinco años haciéndolo en vehículo como en su momento lo hicieron sus padres. 

Este año, dijo, decidió emprender esta procesión religiosa para pedir a la Virgen de la Balvanera que finalice la pandemia y se terminen los secuestros y abusos a niños, mujeres, jóvenes, así como los homicidios y la violencia contra las mujeres. 

“Uno camina ya por fe, porque quiere que las cosas mejoren y se termine todo esto. Se supone que todos estamos encerrados por la pandemia, pero lamentablemente no ha bajado la violencia, al contrario, siguen las muertes, secuestros de niños y desaparecidos”, señala. 

Asegura que en el encierro por el covid, muchos se están percatando de lo que la gente es capaz. “No tienen límites para hacer atrocidades. Las malas noticias se están apoderando de las personas y eso es muy malo para la sociedad”, advierte. 

“Lamentablemente estamos viendo que mucha gente no tiene límites, a pesar de lo que ocurre con el covid, no hace caso, no cumple con nada. Hoy estamos viendo las consecuencias de nuestro descuido, nos estamos alejando de Dios, de nuestras costumbres y tradiciones”, afirmó. 

 

CIERRE DE IGLESIAS


La madre de familia asegura que esta procesión religiosa de caminar cientos de kilómetros desde su casa a la Iglesia de La Aduana lo hace como una forma de protesta por mantenerse cerradas las iglesias durante más de medio año. 

“Nos estamos alejando de lo que es nuestro, de nuestras costumbres, de nuestras tradiciones, de nuestra fe, ya nos cerraron las iglesias, por lo tanto, esto para mí es una forma de inconformarme, pues en más de siete meses, la pandemia y la violencia no ha acabado. Yo sí necesito mi fe, mi religión y que las iglesias se mantengan abiertas, obviamente con sus protocolos”, comentó. 

Acerca del covid, Genoveva asegura que existen muchas teorías, pero cree que el virus fue liberado para que se disminuya a la población en el mundo. 

 “Yo sí creo en este virus, porque he tenido familiares que han fallecido de esta enfermedad, aunque creo que no es mortal siempre y cuando sea bien atendido”, aseguró. 

Comenta que la gente ahora vive estresada, preocupada y temerosa de lo que pueda suceder, ya que la pandemia ha traído consigo muertes, pobreza, desempleo, violencia, insensibilidad, deshumanización, pérdida de contacto social, enfermedades mentales, entre muchas otras cosas negativas. 

“Todo mundo se está muriendo por el miedo, porque no sabe qué va a ser de él el día de mañana, por eso yo me aferro a mi fe, me aferro a Dios, a la cruz, y sigo caminando. Tengo fe que todo se normalizará, Dios mediante lo vamos a ver pronto”, expresó. 

Antes de cumplir con su manda, Genoveva Palomino rezó en casa; se encomendó a Dios y partió de ella a pie para caminar varios kilómetros con una botella de agua, un manto, una toalla, un rosario y una mochila. 

Las procesiones religiosas a la comunidad comienzan con una caminata que parte de Álamos la madrugada del 11 para amanecer 12 inaugurando la novena, mientras que las más numerosas y populares se llevan cabo los días 18, 19 y 20. 

Es el 21 de noviembre cuando se celebra a la Virgen de la Balvanera en la Iglesia de La Aduana con las tradicionales “Mañanitas” y visitas de feligreses y devotos.