Coyotas: ¿De dónde proviene el nombre de este delicioso postre sonorense?
Este manjar hecho con ingredientes locales como harina de trigo, manteca vegetal y piloncillo son un símbolo de identidad cultural en Sonora
Las coyotas, un manjar que ha conquistado paladares en todo Sonora, tienen una historia tan rica como su sabor. Originarias de Hermosillo, estas deliciosas galletas rellenas de piloncillo, cajeta o dulce de leche, son un símbolo de la identidad cultural de la región.
UN NOMBRE CON HISTORIA
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A mediados del siglo XX, en la capital de Sonora, Hermosillo, específicamente en la pequeña comunidad de Villa de Seris, Doña María Ochoa González, una mujer apasionada por la cocina, recibió una receta especial de una amiga.
Intrigada, decidió adaptarla utilizando ingredientes locales, como harina de trigo, manteca vegetal y piloncillo. Así nacieron las primeras coyotas, horneadas en un horno de leña y rellenas de un delicioso piloncillo.
El nombre "coyotas" tiene un origen curioso. En aquella época, a los niños mestizos se les llamaba "coyotitos". Al ver a las niñas vendiendo estos dulces por las calles, la gente exclamaba "¡Ahí vienen las coyotitas!", y así, el nombre quedó asociado a estas deliciosas galletas.
El sabor único de las coyotas y su sencilla preparación las convirtieron rápidamente en un éxito local. Pronto, las niñas de Villa de Seris se convirtieron en las "coyotitas", recorriendo las calles ofreciendo este manjar a los vecinos. Con el tiempo, la fama de las coyotas trascendió las fronteras de Hermosillo, llegando a convertirse en un producto emblemático de Sonora.
UN LEGADO QUE PERDURA
La receta original de las coyotas ha evolucionado a lo largo de los años, dando lugar a una gran variedad de rellenos. Además del tradicional piloncillo, hoy en día podemos encontrar coyotas rellenas de cajeta, dulce de leche, guayaba, piña y muchos otros sabores. Sin embargo, el relleno de piloncillo sigue siendo el favorito de muchos, pues representa la esencia original de este postre.
Las coyotas son mucho más que un simple postre. Son un símbolo de la identidad sonorense, un legado culinario que se transmite de generación en generación. Cada bocado de una coyotita es un viaje al pasado, un recuerdo de la infancia y una celebración de la rica tradición gastronómica de Sonora.
Hoy en día, las coyotas se pueden encontrar en panaderías y tiendas de dulces de todo el estado, y su popularidad sigue creciendo. Son un orgullo para los sonorenses y un deleite para quienes las prueban.