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Sonora

Caminará de Huatabampo hasta Sonoyta

En protesta por el daño moral a su hijo Samuel, expulsado de El Quinto
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En protesta por el daño moral a su hijo Samuel, expulsado de El Quinto


Adolfo Espinoza Zayas, padre de Samuel Espinoza Rodríguez, quien fue expulsado hace dos años de la Normal Rural de El Quinto por presunta conducta inapropiada contra una alumna, iniciará el próximo martes 17 una marcha de protesta desde Huatabampo hasta Sonoyta.

“Quiero denunciar la corrupción en el Poder Judicial y el gran e irreparable daño moral y a la dignidad que directivos del plantel, principalmente, le causaron a mi hijo, a quien le truncaron su deseo de ser maestro y le hicieron perder dos años en su trayectoria educativa”, dijo.

“Quiero recalcar que el director general de El Quinto, Luis Francisco Avilés Torres, violó el reglamento interno y el derecho a la educación de Samuel, según determinó la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), cuyas investigaciones esperemos que terminen pronto y, por supuesto, con el castigo correspondiente”, agregó.

Espinoza Zayas iniciará su caminata desde el Juzgado Oral de lo Penal de Huatabampo, donde se desarrolló el juicio contra su hijo, y la continuará hasta la citada escuela, para posteriormente seguir hasta Sonoyta, donde Samuel estudia la carrera de Administración Pública y Ciencias Políticas, en la Universidad del Bienestar.

“No sé cómo le voy a hacer, quién me va a ayudar, cuánto voy a tardar, pero voy a hacer esta acción de protesta”, sostuvo.

Reiteró que los directivos de la Normal Rural, en lugar de aplicar una sanción de dos semanas, expulsaron a su hijo, en hechos ocurridos en mayo del 2019 y que motivaron huelgas de hambre y diversas manifestaciones de protesta.

Aseguró que Samuel salió de esa institución educativa, ubicada en la Comisaría de Chucárit, en el Municipio de Etchojoa, debido a represalias por denunciar irregularidades en un programa de apoyos para los estudiantes.

“Ha sido una lucha por el futuro de un hijo, por restaurar un vil daño moral, por tocar puertas selladas, por clamar y gritar a oídos sordos, por ser vistos por los ciegos que ocupan cargos de alto nivel en instituciones insensibles que no te reciben, que no te atienden, que no te sirven ni tan sólo un vaso con agua, mucho menos en encontrar una solución justa y expedita”, expresó.

“Pero no saben los funcionarios públicos corruptos que unos padres heridos hacen hasta lo inimaginable por su hijo; hicimos a un lado nuestra pobreza, nuestras vergüenzas; incluso a costa de nuestra propia salud fuimos y venimos, subimos y bajamos; sólo espero que todo esto no sea en vano”, añadió Adolfo Espinoza.