Cócorit: 408 años latiendo con corazón yaqui

Con murales, gastronomía tradicional y danzas ceremoniales, el pueblo de Cócorit conmemoró su aniversario destacando su origen y reafirmando el orgullo por sus raíces culturales

Cócorit: 408 años latiendo con corazón yaqui

En un emotivo encuentro entre historia, arte y tradición, la comunidad de Cócorit celebró este fin de semana el 408 aniversario de su fundación con una ceremonia cultural titulada “Cócorit Pueblo Yaqui, su Cultura y Tradición”, realizada en la histórica plaza del pueblo.

El evento reunió a familias, autoridades tradicionales, artistas y visitantes en un ambiente de orgullo identitario y reconocimiento al legado de la etnia yaqui.

La fundación de Cócorit se remonta al año 1617, cuando los misioneros jesuitas comenzaron su labor evangelizadora en el Valle del Yaqui. El nombre del pueblo proviene del vocablo yaqui "ko’korim", que hace referencia a un tipo de zacate o pasto abundante en la región.

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Cócorit fue uno de los ocho pueblos yaquis originales que integraron la nación yoeme (yaqui), junto con Vícam, Pótam, Tórim, Ráhum, Huirivis, Belem y Bácum.

Durante la jornada conmemorativa, se inauguró una exposición de murales temáticos creados por el muralista José Antonio Ortega Vergara, quien a través de su obra plasmó escenas representativas de la vida ceremonial, económica y espiritual del pueblo yaqui.

Entre los murales destacaban representaciones de danzantes, rituales tradicionales, y paisajes del río Yaqui, elemento vital para esta cultura.

“Estos murales no solo decoran el espacio; cuentan nuestra historia y dignifican nuestra herencia”, expresó el artista durante el recorrido inaugural.

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SABORES CON HISTORIA

Las cocineras tradicionales ofrecieron a los asistentes una degustación de burros gigantes elaborados con tortillas de harina hechas a mano, rellenos con guisos típicos como frijoles maneados, carne con chile, y machaca, preparados según recetas transmitidas oralmente por generaciones.

“Cada platillo lleva el sabor de nuestras abuelas. Cocinar así es una forma de mantenernos unidos a nuestra raíz”, compartió una de las cocineras participantes.

Uno de los momentos más significativos del evento fue la participación de jóvenes danzantes. El pequeño Diego Gabriel Ramírez Miranda emocionó al público con su interpretación de la Danza del Venado, un ritual simbólico que honra al animal sagrado y representa la conexión del hombre con la naturaleza.

A su vez, los jóvenes Luis Carlos Quiñonez y Juan Verdigo Gómez ejecutaron con destreza la tradicional Danza del Pascola, acompañados por el sonido ancestral del tambor.

La participación de los niños en estas danzas no solo demostró su talento, sino que reafirmó el compromiso de la comunidad por mantener vivas sus tradiciones.

La ceremonia concluyó con un llamado a seguir fortaleciendo los lazos intergeneracionales para que las futuras generaciones continúen reconociéndose en su historia y defendiendo su identidad cultural.

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