La esperanza para una de las aves más emblemáticas del continente vuelve a tomar fuerza en México.
La Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema) anunció con entusiasmo el nacimiento de un polluelo de cóndor de California en el Centro de Conservación de la Vida Silvestre de Chapultepec. Este logro se enmarca dentro del Programa Binacional México–Estados Unidos, que tiene como objetivo rescatar a esta especie en peligro crítico de extinción.
El nacimiento ocurrió el pasado 16 de mayo bajo el cuidado de sus padres, "Aquimowon" y "33", una pareja que forma parte activa de este esfuerzo de conservación.
UNA ESPECIE QUE ESTUVO AL BORDE DE DESAPARECER
El cóndor de California estuvo a punto de extinguirse en el siglo XX, pero gracias a los programas de conservación y a la cooperación internacional, ha sido posible recuperar poco a poco su presencia en la vida silvestre.
Actualmente, el polluelo es supervisado por un equipo de veterinarios, biólogos y cuidadores que vigilan su crecimiento, su alimentación y el comportamiento de sus padres. La expectativa es que, como otros 12 ejemplares criados en la Ciudad de México, este joven cóndor sea trasladado el próximo año a la Sierra de San Pedro Mártir, en Baja California, donde se reintegrará a su hábitat natural.

EL CÓNDOR DE CALIFORNIA: UN GIGANTE DE LOS CIELOS
De acuerdo con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), el cóndor de California (Gymnogyps californianus) es una de las aves voladoras más grandes del mundo. Puede medir entre 1.15 y 1.4 metros de longitud, con una impresionante envergadura que alcanza hasta 3 metros y un peso cercano a los 10 kilogramos.
Es un ave carroñera, lo que significa que se alimenta exclusivamente de animales muertos. Su longevidad es notable, pues puede vivir hasta 60 años, sobre todo en cautiverio.
UN CICLO DE VIDA LENTO PERO VITAL
La reproducción del cóndor es un proceso que requiere paciencia y dedicación. Alcanzan la madurez sexual entre los 6 y 8 años y suelen formar parejas monógamas de por vida. La hembra pone un solo huevo cada dos años, que ambos padres incuban durante casi dos meses, alternando turnos.
El polluelo nace con plumón blanco, pesa apenas unos 200 gramos y es alimentado varias veces al día. Gracias a este cuidado, cada nacimiento se convierte en un paso fundamental para la recuperación de la especie.
UN SÍMBOLO DE CONSERVACIÓN BINACIONAL
El nuevo nacimiento en Chapultepec representa un gran avance en la conservación del cóndor de California, un ave que desempeña un papel esencial en los ecosistemas del norte de México y el suroeste de Estados Unidos.
Cada cría asegura no solo la supervivencia de la especie, sino también la continuidad de un esfuerzo compartido que busca devolver a esta ave legendaria su lugar en el cielo.