¿De dónde surge la costumbre de poner un zapato para los Reyes Magos?
En esta festividad, los niños escriben sus cartas a los Reyes Magos; sin embargo, más allá de la carta, muchos realizan un ritual de colocar un zapato
Cada 6 de enero, los hogares mexicanos se llenan de emoción y alegría con la llegada de los Reyes Magos, una de las tradiciones más esperadas por los niños. Esta fecha marca el final de las festividades navideñas, pero, sobre todo, el cumplimiento de un ritual cargado de magia y simbolismo.
La víspera del Día de Reyes, los pequeños escriben sus cartas a Melchor, Gaspar y Baltasar, en las cuales expresan sus más profundos deseos. Sin embargo, más allá de la carta, hay un gesto que acompaña este rito: colocar un zapato, generalmente junto al árbol de Navidad o cerca del nacimiento, esperando que los Reyes Magos dejen allí los regalos solicitados.
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ORIGEN DE COLOCAR UN ZAPATO PARA LOS REYES MAGOS
La costumbre de usar un zapato como medio para recibir regalos tiene diferentes explicaciones, algunas de ellas remontándose a Europa del siglo XV. En los Países Bajos, era común que las personas de escasos recursos colocaran sus zapatos en la iglesia para recibir limosnas de los ricos. Esta práctica solidaria evolucionó con el tiempo y se integró a la celebración de los Reyes Magos en diversos países.
En México, esta tradición tiene un enfoque más religioso y simbólico. Se dice que los zapatos deben colocarse cerca del nacimiento o el árbol de Navidad para que los Reyes Magos identifiquen cuántas personas viven en la casa y de qué edades, basándose en el tamaño y cantidad de calzado.
LEYENDA DEL ZAPATO PARA LOS REYES MAGOS
Una de las historias más emotivas que da origen a esta tradición cuenta que los niños vecinos de Jesús, al verlo descalzo por su pobreza, decidieron regalarle unas sandalias viejas. Las lavaron y las dejaron en una ventana. Al día siguiente, encontraron juguetes y dulces en sus zapatos, como recompensa de los Reyes Magos por su noble gesto.
Otra versión, también ligada al simbolismo religioso, explica que los Reyes Magos se acercan al Niño Jesús en el pesebre, y los zapatos representan la humildad y la disposición de las familias para recibirlos.
Además del zapato y la carta, los niños dejan comida, galletas o incluso trozos de rosca de reyes para los visitantes, así como cubetas con agua para el camello, el elefante y el caballo que los transportan en su agotador recorrido por todo el mundo.
Esta tradición, aunque con variaciones, mantiene viva la ilusión en millones de niños, quienes al despertar encuentran sus anhelados juguetes junto a sus zapatos. Una vez más, el espíritu de generosidad, fe e inocencia que caracteriza esta celebración, sigue uniendo a las familias mexicanas año tras año.
