Aunque tiene su origen en la antigüedad, el platillo como se conoce actualmente pudo haber llegado a México con la Nueva España
Por: César Omar Leyva
La capirotada es uno de los postres más emblemáticos de la gastronomía mexicana, especialmente durante la Semana Santa. Aunque se disfruta durante todo el año, su relevancia en las celebraciones de cuaresma la ha convertido en un platillo lleno de historia, tradición y simbolismo.
ORIGEN DE LA CAPIROTADA
El nombre "capirotada" proviene de la palabra "capirote", que hace referencia al gorro puntiagudo que usan algunos sacerdotes en las procesiones de Semana Santa. La etimología de esta palabra se remonta al latín cappa, que significa "capucha".
Aunque el platillo tiene raíces en la antigüedad, con vínculos en la antigua Roma y la cocina medieval española, la capirotada tal como la conocemos hoy llegó a México a través de la Nueva España.
En el siglo XVII, recetas como la "Sopa de capirotada" ya se mencionaban en textos gastronómicos de la época, pero no fue hasta 1780, en el "Libro de cocina de Fray Gerónimo de San Pelayo", que el platillo se asoció definitivamente con la cuaresma, una tradición de ayuno y abstinencia.
UN PLATILLO CON SIGNIFICADO RELIGIOSO
Más allá de su sabor, la capirotada tiene un fuerte simbolismo cristiano. Cada ingrediente representa un aspecto clave de la Pasión de Cristo, esto según la tradición, ya que como tal la Iglesia nunca se ha referido a ello.
- El pan: simboliza el cuerpo de Cristo.
- La miel o el piloncillo: representan la dulzura de la sangre de Jesús.
- Los clavos: aluden a los clavos con los que Cristo fue crucificado.
- La canela: hace referencia a la Santa Cruz.
- El queso: simboliza el sudario de la Verónica, usado para limpiar el rostro de Jesús.
- Las grajeas: asociadas con la alegría de la Resurrección.
VARIANTES DE LA CAPIROTADA EN MÉXICO
Este delicioso platillo tiene muchas versiones regionales, cada una con su toque único. En Baja California, por ejemplo, se prepara como un budín de pan con queso, jitomate y cacahuate, mientras que, en la Huasteca Veracruzana, se elabora con bolillo, miel de piloncillo y frutas secas.
En Zacatecas, se utilizan ingredientes como pan frito, cacahuate, pasas, almendras y miel de piloncillo para crear una versión aún más rica.
Si te interesa probar la capirotada en su versión más tradicional o experimentar con variantes regionales, te invitamos a explorar recetas de la capirotada zacatecana, la propuesta del chef Ricardo Muñoz Zurita o incluso las torrejas de Patricia Quintana.
La capirotada no solo es un delicioso postre, sino un símbolo de la riqueza cultural y religiosa de México.