buscar noticiasbuscar noticias
Las Plumas

Si eran buenos, ¿por qué se van?

Han surgido especulaciones sobre el tema, y es indudable que las autoridades no van a decir el porqué del despido de “magníficos” funcionarios

Francisco Gonzalez Bolon

Cuando las cosas van bien y las aguas están tranquilas, el capitán de un barco no tiene por qué dar un golpe de timón, a menos que haya insurrección de la tripulación.

Por eso, llama la atención que en dos áreas en las cuales se supone había buenos resultados, como la Secretaría del Trabajo e Isssteson, se haya optado por cambiar a sus titulares, sin que hasta el momento se haya dicho si los defenestrados seguirán en el barco actual o cambiarán de navío.

Por ejemplo, a doña Olga Armida Grijalva Otero la llenaron de incienso y le endilgaron ser la madre del Nuevo Sistema de Justicia Laboral.

Y tienen razón, durante este primer año de Gobierno, la señora pudo poner en marcha el nuevo proceso, pero una cosa es echarlo a andar y otra, muy distinta, es que en la realidad vaya a servir, pues antes de ponerlo en práctica no se limpió la casa, sino que las mismas caritas de quienes han hecho de la justicia laboral toda una forma de obtener dinero fácil, se seguían viendo.

Además, a Grijalva Otero le dijeron que gracias a su labor se lograron “excelentes resultados en materia de paz laboral”, cuando la realidad es que esa calma viene desde hace muchos años porque, precisamente, la corrupción ha logrado que patrones y líderes obreros lleguen a acuerdos, independientemente de cómo le esté yendo al trabajador con salarios bajos, malas prestaciones o condiciones de trabajo inadecuadas.

En Isssteson se suponía que Jesús Manuel Acuña Méndez había puesto ya orden y que atrás habían quedado las triquiñuelas por medio de las cuales los medicamentos e instrumentos médicos para una buena operación de los hospitales estaban ya prácticamente al 100.

En su carta de renuncia, Acuña Méndez incluso se autoelogia por los grandes resultados que se lograron en este inicio de sexenio, incluido un ahorro de 700 millones de pesos en tan poco tiempo, a pesar de haber operado con un “magro” presupuesto, como él lo catalogó.

Entonces, si todo estaba bien, ¿por qué los cambios?

Han surgido ya muchas especulaciones sobre este tema, pero es indudable que nunca las autoridades van a decir la verdad del porqué del despido de dos “magníficos” funcionarios.

¿No se apegaron a los principios de la 4T o, precisamente por tan buena labor, no permitieron que los ganones de siempre, o los nuevos, metieran mano en los grandes negocios laborales o surtido de medicamentos?

Ya veremos en las próximas semanas si realmente hay saltos cualitativos en las dependencias con nuevos enfoques o si el gatopardismo se apodera de ellas para seguir dando atole con el dedo a la gran audiencia.

En Cajeme, por otro lado, se especula que próximamente Luis Acosta Castro se queda como el gran mandón en Oomapasc al retirar de la dependencia a por lo menos dos directores que no encajan en los planes de mejora continua que se tienen proyectados.

Quizá por la explosión de la bomba de las plantas tratadoras o porque los grupos al interior de Oomapasc empezaron a negociar, se detuvo el anuncio sobre los cambios, según se afirma, pero también se dice que Plutarco Sánchez Patiño no ha dado el visto bueno y por eso todo ha quedado en suspenso.

Y a nivel nacional, se espera la discusión próxima sobra la reforma electoral y ya se habla de que en este proceso al PRI no le conviene entrar a reforzar a Morena porque sería como autoinmolarse.

Los expertos señalan que ya Alejandro Moreno Cárdenas, presidente del PRI nacional, pagó el costo de no ir a la cárcel al apoyar la militarización del país, por lo que se ve difícil que lo vuelvan a usar contra la alianza opositora que está a punto de fenecer.

Lo que sí es que mientras se discute si habrá o no reforma electoral, ya algunas leyes se están cambiando, como esa de que a los partidos se les descuente ya no el 50% sino el 25% cuando sea multado por el INE. Es decir, ahora habrá abonos chiquitos.

Pero la pretensión de acabar con el INE como tal quizá tenga que esperar un poquito, aunque eso no le quitará que el año entrante, cuando debe renovar al menos cuatro consejeros, el presidente entre ellos, vaya a irse sobre aguas tranquilas porque ya hay muchos indicios de que lo quieren socavar desde adentro y la verdad Morena todavía tiene mucha fuerza como para lograrlo.

Dependerá de la sociedad si defiende o no a esa gran institución, hoy tan sobajada desde lo alto del Olimpo.

Comentarios: franciscogonzalez.bolon@gmail.com