Luego de los primeros días de campaña para las mujeres y hombres que buscan un espacio en el inédito proceso de elección popular para elegir nuevos miembros del Poder Judicial de la Federación y del Poder Judicial del Estado de Sonora, podemos dar algunas de las primeras impresiones de este inédito proceso que, sin duda, pasará a la historia y será motivo de análisis de propios y extraños por lo innovador, complejo y polémico del tema.
Para comenzar es preciso hacer un recuento de cómo se llegó hasta este momento ya que, es por todos sabido que la propuesta para elegir a jueces, magistrados y ministros, viene del expresidente Andrés Manuel López Obrador quien en su mandato pugnó por instaurar un nuevo régimen político en nuestro país, lo cual, incluye a la totalidad del Estado mexicano, es decir, al poder legislativo y, en este caso al judicial, y no solamente quedarse en eso, ya que, entes como los medios de comunicación, sindicatos, organizaciones de la sociedad, partidos políticos, entre otros organismos que ejercen poder, se vieron inmersos en una nueva dinámica del quehacer político, por lo cual, en este andar de lo que el propio López Obrador denominó "Cuarta Transformación", no fueron pocos los entes de poder que presentaron algún grado de resistencia al cambio propuesto, tal fue el caso del Poder Judicial, el cual mantuvo una relación en ocasiones ríspida con el mandatario nacional, por lo que la decisión fue contundente, una Reforma al Poder Judicial que transformará de manera profunda la manera en la que se conducía dicho poder, reforma que en septiembre pasado fue aprobada por mayoría en ambas Cámaras, con el apoyo en el Senado de un Senador del Partido Acción Nacional y, uno más de parte de Movimiento Ciudadano.
Una vez aprobada dicha reforma la polémica aumentó, sobre todo, en torno a la idoneidad de dicho proceso, ya que, fue hasta que alguien puso "el dedo en la llaga" de este poder que propios y extraños reconocieron que hacía falta un cambio en el Poder Judicial por los temas ampliamente conocidos de nepotismo, corrupción, desapego a la sociedad, entre muchos otros. Sin embargo, quienes argumentaban en contra de dicha reforma aseguraban que estas no eran las formas, mientras que, quienes estaban a favor afirmaban que para problemas añejos se necesitan soluciones profundas como la planteada en la reforma.
Ahora, después de una primera impresión en las campañas al poder judicial podemos hacer un adelantado juicio de la dinámica que conlleva este proceso en el que, dentro de lo negativo podemos encontrar la falta de información con la que cuenta la ciudadanía para llevar a cabo este proceso, es decir, a diferencia de las elecciones del poder Ejecutivo y Legislativo, donde los partidos políticos en disputa cuentan con un Presupuesto autorizado de manera permanente para darse a conocer, en esta ocasión los candidatos a los distintos puestos no cuentan con un presupuesto asignado y, no solamente eso, sino que también mantienen un sinfín de restricciones que no les permiten realizar su proselitismo de la manera adecuada, asimismo, como comentamos anteriormente, la falta de conocimiento sobre este tema podría conllevar a una baja participación ciudadana, con números que van desde el 15% según cifras del propio Instituto Nacional Electoral, lo que podría provocar que sean electos los candidatos que por medio de acuerdos con organizaciones como partidos políticos, sindicatos, entre otros entes de movilización electoral ya conocidos, movilicen a su gremio y sean estos quienes terminen imponiendo a perfiles en los distintos cargos con la desventaja de que, a la vuelta del tiempo los patrocinadores electorales, por así llamarles les cobren los favores al más puro estilo de la película "El Padrino".
Por último, este proceso cuenta con una gran oportunidad, es decir, si los ciudadanos se informan de la manera correcta y participan podríamos contar con la oportunidad de elegir a perfiles preparados y eficaces que en el pasado difícilmente podrían tener acceso a un cargo de esta naturaleza, por lo que, el éxito de este nuevo proceso depende en gran medida de la capacidad que tenga la ciudadanía de participar y elegir a los perfiles mejor preparados y con más valores, los cuales, para nuestra fortuna son bastantes.
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