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Las Plumas

Periodismo ante la muerte

Son los decesos derivados del ejercicio del periodismo, pero no se puede olvidar otras causas por las que muchos compañeros han perdido la vida

Francisco Gonzalez Bolon

Pocas veces, según mi exigua memoria, se había brindado un homenaje a los hombres y mujeres del periodismo en Cajeme y Sonora, como lo hizo el lunes pasado la Asociación de Periodistas del Valle del Yaqui (APVY), mediante un altar, un conversatorio, desfile de catrinas y música para los que se adelantaron en el camino.

Alfredo Acedo Félix, director del Museo Sonora en la Revolución, fue el anfitrión de esta velada mediante la cual se dieron a conocer destellos de lo que ha sido la práctica de este oficio muchas veces tan incomprendido.

Según la Presidenta de la APVY, Claudia Guadalupe Pérez Rosales, de suyo, la profesión del periodismo entraña peligro. Más en unas áreas que en otras, pero la posibilidad de morir en el ejercicio de nuestras tareas, está siempre latente.

En función de la Libertad de Expresión, México es considerado entre los países más peligrosos y mortíferos del mundo. Y lo peor es que desde los gobiernos no se han realizado las acciones necesarias para detener la violencia contra los periodistas.

Se ha documentado, según la organización Artículo 19, que entre el año 2000 y 2022 han sido asesinados 156 periodistas en el país tal vez, en muchos casos, por su labor como tales.

De estos homicidios, 47 se registraron durante el gobierno de Enrique Peña Nieto y 36 en el actual de Andrés Manuel López Obrador.

El último de los casos registrados fue precisamente en Sonora, y que Juan Arjón López fue desaparecido el 9 de agosto en San Luis Río Colorado y su cuerpo fue hallado sin vida el 16 de agosto.

Pero el estado que más asesinatos registrados tiene es Veracruz, con 31.

Y esas son las muertes derivadas del ejercicio propio del periodismo. Pero no podemos olvidar muchas otras causas por medio de las cuales muchos compañeros y compañeras han perdido la vida.

Aunque no queramos, tenemos que citar las condiciones adversas en que por años los periodistas han trabajado.

Para nadie es desconocido que desempeñarse en alguna empresa periodística, en Sonora o el país, requiere de mucha vocación y, desafortunadamente, hay necesidades que son cubiertas apenas ínfimamente, pues en muchos casos no hay salarios justos ni prestaciones adecuadas, aunque hay sus excepciones.

La noche del lunes, a manera de anécdotas, se platicó sobre cómo han sobrevivido muchos colegas y que al morir no pueden dejar una herencia o una pensión justa, precisamente porque a lo largo de su vida han carecido de las condiciones para formar un patrimonio para sus familias.

Familiares o amigos de los colegas desaparecidos, entre reporteros, fotógrafos e incluso locutores, platicaron también sobre la vida de algunos de ellos y cómo se les recuerda hoy que, seguramente, desde las alturas vigilan a las nuevas generaciones de aplastateclas.

Dicen que recordar es vivir y si bien las condiciones del ejercicio periodístico no han sido las mas propicias durante años, considero que la cercanía entre los colegas ha sido de gran fraternidad, sobre todo entre la raza.

Hoy en día la tecnología, la distancia generacional y el enfoque sobre la forma de ejercer el oficio han provocado cierto distanciamiento en el gremio, pero vale la pena volver a vivir encuentros como el del lunes pasado.

Ojalá y la Asociación de Periodistas retome su vuelo y que esta nueva etapa de trabajo sea recordada más bien por sus acciones que por sus yerros.

Que así sea.

Comentarios: franciscogonzalez.bolon@gmail.com