¿Libertad de expresión o apología?

Desde la Revolución, la música fue el canal para que los artistas dieran a conocer historias en la convulsa etapa de México

¿Libertad de expresión o apología?

Vaya que las imágenes que rondaron por las redes sociales durante el pasado fin de semana, donde el famoso artista sonorense conocido como Luis R. Conriquez era prácticamente "corrido" del escenario del palenque en la Feria de Texcoco, dieron de qué hablar a propios y extraños, ya que, desde las conversaciones de sobremesa, hasta los medios de comunicación de alcance internacional y las distintas autoridades de Gobierno ha llegado el tema de lo que se le conoce en el argot musical mexicano como "narcocorridos", es decir, música del regional mexicano que compone versos a las hazañas de personajes ligados al crimen organizado.

Este tema no es nuevo, más bien podemos citar a los corridos desde los tiempos de la Revolución, donde la falta de medios de comunicación de alcance masivo, encontró una oportunidad en la música donde los artistas de aquellas épocas daban a conocer las historias que a nivel nacional sucedían en esta convulsa etapa de la historia de nuestro país.

Por lo tanto, esta nueva etapa de violencia que vive México no ha estado exenta de encontrarse con la música popular, la cual, comenzó en esta nueva efervescencia con la moda que se conoció como "buchona" o de "corridos alterados", los cuales comenzaron con la adaptación musical de los actos y vivencias de los líderes del crimen en nuestro país, llegando hasta la actualidad con música que ha sido motivo de acalorados debates entre un par de visiones claramente separadas, en las que, por una parte hay quienes ven a este género musical como una consecuencia de lo que sucede, es decir, los corridos no son visto como una causa de la violencia en la que dicha música provoque que los jóvenes busquen estar del lado del crimen, más bien, lo que esta música genera es la libertad de expresión de lo que sucede en el día a día en nuestro país. Sin embargo, por otra parte, hay quienes aseguran que este tipo de música no es otra cosa más que una apología del delito, en el que normalizan dichas actividades y hacen ver a ese modelo de vida como un estilo a seguir para acceder a lo que muchos jóvenes con una carente educación ambicionan: poder, dinero, armas y reconocimiento social.

Algo que no podemos dejar por un lado es que la violencia en nuestro país parece haberse enquistado en la cultura nacional, es decir, el problema de la seguridad no es solamente de policías y ladrones, más bien, es un problema profundo con múltiples variantes que lo provocan, entre las cuales, se encuentra una de las más profundas, la cultura, debido a que, en nuestro país, hay una gran cantidad de jóvenes que no cuentan con las oportunidades para salir adelante y mantener una vida digna, por lo cual, el estilo de vida que les retratan este tipo de música les parece un modo correcto de vivir.

Es debido a lo anterior que, gobiernos como el del Estado de Querétaro, Jalisco y, anteriormente, Chihuahua, han decidido prohibir presentaciones públicas en las que se canten este tipo de canciones con severas sanciones para los artistas que lleguen a incumplir dichas normas, por lo cual, quien tuvo que pagar los platos rotos de dichas restricciones fue el artista Luis R. Conriquez quien se hiciera famoso por estas canciones y que de manera súbita dejó de hacerlo en dicho palenque lo que desató la furia de sus seguidores quienes optaron por "romperlo todo", mismo caso con el grupo conocido como "Los Alegres del Barranco" quienes después de interpretar esta música dentro del Auditorio Telmex en Guadalajara, se les retiró su visa para ingresar a Estados Unidos.

Sin duda, es un tema que seguirá dando de qué hablar bajo la dicotomía de la libre expresión y la apología del delito, juzgue usted mismo, lo que sí es una realidad es que en los próximos años veremos como la industria de la música mexicana se ve obligada a dar un giro radical.

borbonmanuel@gmail.com