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Las Plumas

La Biblioteca Pública Municipal, en el abandono

Está en riesgo el único acervo público que existe en Cajeme y que por años su creación fue intermitente, hasta la llegada Ramón Íñiguez Franco


En Cajeme y en Sonora, tal parece que a las autoridades, anteriores y en turno, les interesa muy poco la cultura.

Ejemplo de esto es el abandono en que por varios años se ha tenido a la Biblioteca Pública Municipal; se puede decir que desde la salida como director del maestro Ramón Íñiguez Franco, quienes lo sustituyeron pusieron nulo empeño en preservar lo que él construyó.

Actualmente el edificio sufre serios deterioros, todo por escatimar recursos económicos para darle mantenimiento. Y qué decir de los murales hechos por Héctor Martínez Arteche, que también por falta de cuidado se encuentran severamente dañados y del que se dijo que no serían restaurados por falta de dinero para cubrir los honorarios a sus restauradores.

Muchos ciudadanos pensaban que con el advenimiento, la llegada al cargo de poderes gubernamentales de personas llamados de izquierda, estos pondrían más atención en el aspecto de la cultura, en su caso, la biblioteca municipal, pero ya se ha visto, que los gobernantes de izquierda piensan igual o peor que los de otras corrientes políticas.

Es una lástima, un absurdo e impensable, que en pleno siglo XXI, en Cajeme se dé prioridad a otras cosas y se abandonen a esta catedral del saber científico, artístico y literario, que Cajeme vuelva a estar como en el periodo de los años treinta al cuarenta, cuando los gobernantes en turno dieron más apoyo a otros asuntos y se abandonóa aquella biblioteca que estuvo situado por la calle Sufragio Efectivo, cuando todavía Cajeme no alcanzaba el grado de municipio y durante sus primeras administraciones.

La historia data que por más de dos décadas, el pueblo de Cajeme no contó con una biblioteca, hasta que por iniciativa de las damas del Club Vesta, se instaló una en uno de los locales del recién construido Mercado Municipal.

Después esta se instalaría en uno de los salones de la también recién construida Escuela Primaria Fernando Dworak; luego sería instalada en la plazuela 18 de Marzo la Biblioteca Ostimuri, que a los pocos años también cerró sus puertas y nuevamente Cajeme se queda sin ningún abrevadero cultural por alrededor de veinte años, siendo hasta mayo de 1973 cuando se abre la Biblioteca Pública Municipal a cuyo cargo estuvo por muchos años el maestro Ramón Íñiguez Franco.

El pasado 8 de septiembre se cumplió un año más de la inauguración del edificio, donde está asentada Biblioteca Pública Municipal. Esto obviamente pasó desapercibido; lo más seguro que también la fecha de puesta en marcha o al servicio de la comunidad, que es el próximo 5 de enero, también esto pase de noche, puesto que no hay nada que celebrar.

Por lo pronto, y para que se sepa, ahí adentro del edificio inaugurado el 8 de septiembre de 1979, en las prisas porque quedara inaugurado antes determinare el mandato el Dr. Óscar Russo Vogel , están en peligro de echarse a perder la única hemeroteca pública de Cajeme, fuente principal de investigación de historiadores, periodistas y todo tipo de investigadores; también permanece en desuso y abandono la cineteca; están más de 58 mil libros para que alguien haga uso de ellos; está en desuso la biblioteca braille, la cual entró en funciones en el año 2012, están también en espera de ser. Lo mismo alrededor de una veintena de cubículos que a diario eran usados por abogados, ingenieros y toda clase de profesionista, están vacíos.

Ojalá y no se les ocurra a algunas mentes iluminadas, salir con el cuento de que estos establecimientos ya están en desuso y pretendan hacer de este edificio un hotel, o quizá lo renten para poner un Oxxo.

Pero ahora es común que los gobernantes sellen sus informes con la frase de: vamos bien, vamos bien.