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Las Plumas

Con AMLO aprendí (1)

La paciencia tiene sus frutos, siempre y cuando tengas a alguien que te mantenga todo ese tiempo que anduviste en campaña sin trabajo formal

Jesús Huerta Suárez

Tras 18 años buscando la Presidencia de la República y 4 años de Gobierno, AMLO, nos han dejado muchas enseñanzas. Por ejemplo, comprobamos que la paciencia tiene sus frutos, siempre y cuando tengas a alguien que te mantenga durante todo ese tiempo que dedicaste a andar en campaña sin un trabajo formal.

Con AMLO aprendí que millones de mexicanos necesitan forzosamente creer en santos y caudillos que los rescaten de su miseria o les brinden esperanzas de un mejor futuro.

Con AMLO aprendí que, en pleno 2022, la idolatría y el culto a la personalidad siguen tan vigentes como en el medievo.

Con AMLO aprendí que hay miles de mexicanos dispuestos a lo que sea con tal de ser ellos beneficiados económicamente. Primero soy yo, y México ahí se la echa.

Con AMLO aprendí que la bandera de la pobreza vende y vende muy bien. Aprendí que el autoritarismo está a la vuelta de la esquina y, que aun sin saber hablar bien, (señal de que no eres alguien que ha leído), puedes tener millones de seguidores.

Con AMLO aprendí que la “izquierda” mexicana es pura pose; claro, dicen querer igualdad para todos y se dan golpes de pecho, pero no están haciendo nada para lograrlo.

Con AMLO aprendí que para la clase política las convicciones no importan, más que estar en la nómina, y él los recibe a todos.

Con AMLO aprendí que puedes mentir todos los días y que miles sin cuestionar te crean lo que dices.

Con AMLO aprendí que no un solo hombre no debe tener todo el poder.

Con AMLO aprendí que no es nada bueno tener una rueda de prensa diaria. Desgasta, confunde, divide, pero él lo goza porque es el protagonista en un ambiente controlado.

Con AMLO aprendí que la autocrítica no es necesaria, cuando te crees perfecto, Infalible…según tú.

Con AMLO aprendí que el cinismo no tiene límites, como hacer cónsul a la ex gobernadora de Sonora tras un pésimo gobierno, pero le entregó el Estado.

Con AMLO aprendí que en México manda el crimen organizado y que no hay quién lo pueda enfrentar.

Con AMLO aprendí que, para desgracia de México, no existe una verdadera oposición que sirva de contrapeso al poder.

Con AMLO aprendí que el chayote se puede transformar, y no como antes que eran unos pocos que ganaban mucho y engañaban a millones, mientras que ahora son miles que ganan regular, pero engañan a pocos.