En su época de mayor esplendor artístico, Lupita D´ Alessio pudo muy bien interpretar una canción titulada "Todos son iguales", que habría encajado muy bien en el exitoso estilo de tonadas contra el género masculino que tan ejemplarmente personificó. Si bien lejos de la "cantada", en el sur del Estado por lo visto también habría razones para utilizar esa misma y curiosa descripción, la que, sin mayores alegatos, no se permite la gracia de alguna excepción por la forma en que engloba a tirios y troyanos.
La acusación de que "todos son iguales" puede utilizarse en muy diversos contextos. Acaso el más usual provenga del coraje de una mujer despechada o corajuda que, con el tronante o hiriente dicho de que, el hablar busca borrar o desaparecer de su ánimo a un hombre en particular por las razones que se quieran imaginar. Pero cabe señalar que, mucho más allá del ámbito sentimental, esta curiosa expresión salió a relucir para criticar a...policías de Etchojoa, Huatabampo y Navojoa.
¿Qué tendrían que ver gendarmes regionales con este imaginario esquema musical? Nada. Sucede que, en una información que tomó luz pública, una persona declaró que policías de Etchojoa y Huatabampo extorsionaban a muchos automovilistas (fue en los días en que estaba por inaugurarse el Malecón de Huatabampito). Alguien más agregó que los policías de Navojoa no se quedan atrás al ejercer esa misma práctica. Fue ese mismo alguien el que postuló entonces la curiosa expresión que no pide ni da cuartel: "Todos son iguales".
Pero más allá de la formalidad o jocosidad de ese planteamiento tan absoluto, que sin duda no puede explicarse o asumirse a través de un solo significado, es preciso reconocer que los policías o tránsitos de Etchojoa siempre han tenido sobre sí la certeza o presunción de que se descomponen un tanto (por decirlo así) a la hora de aplicar infracciones vehiculares, sin que éstas a menudo vengan al caso. En lo que concierne a los elementos de Huatabampo, al parecer está creciendo la fama que distingue a sus cercanos homólogos etchojoenses, lo que no deja de ser llamativo, porque las cosas al respecto no solían ser así.
Incluso, un vecino huatabampense se tomó la molestia de graficar la "logística" o ubicación que utilizan los policías para seguramente no desordenar su quehacer. Dijo que se colocan por la entrada a la ciudad, a la altura de la tienda Ley, en el Cbtis, en la salida a Etchoropo, y en el mero Centro de la población, "viendo a quién multar". ¿No sería mejor pensar que esa formación citadina tan estratégica y juiciosa obedece al ánimo de prestar un mejor servicio a la ciudadanía? La respuesta es responsabilidad propia de cada quien. Se vale ser mal pensado.
Una descripción de hechos como la anterior, va mucho más allá de lo que es viable suponer ocurre en las rutinas habituales o normales del caso. Por lo visto, el sur del Estado (con énfasis en Etchojoa y Huatabampo) se está convirtiendo en un peligroso territorio para la conducción vehicular en las áreas citadinas. Existe en estas áreas una razonable o aceptable presencia de agentes de Tránsito, lo que siempre será de reconocerse. Pero el problema es que por lo visto los hechos al respecto se están saliendo de control.
Debería ocurrir precisamente lo contrario, cuando, como es público y notorio, las poblaciones del sur de la Entidad hacen notar cada vez más un mayor número de autos y motocicletas en las calles, lo cual en principio no tiene por qué ser algo malo en sí. El problema es dejar o permitir que cundan acciones tan reprobables como son las que se comentan. Es así por el respeto que tendrían que merecer quienes se ponen al volante en plan de trabajo o asueto.
Es positivo que salgan a luz hechos como los descritos. Que se comenten públicamente es una forma de evitar que se repitan hasta donde sea posible entenderlo. El problema de las extorsiones viales indebidas no es nuevo. Lo que parecería es que ha venido creciendo. Hoy existe mucho tránsito vehicular hacia Huatabampito para conocer el Malecón. Pero por lo visto al paso por Etchojoa y Huatabampo suceden episodios de tránsito que no deberían ocurrir por el grado de extorsión a ciudadanos que se hace notar. Pero lamentablemente suceden. Y en eso consiste el problema.
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