El presidente ha establecido nuevas acciones para limitar la migración hacia Estados Unidos, como la supresión de programas que facilitaban el ingreso
Por: Brayam Chávez
El mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, ratificó un decreto que interfiere con la entrada de migrantes por la frontera sur con México, en un esfuerzo por frenar la migración irregular. Esta acción surge como una reacción a la preocupación creciente por la emigración de inmigrantes hacia el país vecino.
No obstante, a pesar de las amenazas y políticas restrictivas del presidente, numerosos migrantes persisten en la búsqueda de formas de ingresar a Estados Unidos, tal como lo demostró un suceso en Nogales, Arizona, donde un hombre fue detenido brincando la barrera fronteriza para tratar de atravesar el territorio estadounidense.
PREPARATIVOS EN MÉXICO ANTE POSIBLES DEPORTACIONES MASIVAS
Frente a las promesas de Trump de realizar la operación de deportación más grande en la historia de Estados Unidos, el gobierno de México ha iniciado la edificación de albergues temporales en ciudades del norte del país, especialmente en Ciudad Juárez. Estos albergues están concebidos para alojar a miles de individuos, con la finalidad de acoger y brindar asistencia a los mexicanos expulsados.
El plan contempla la construcción de grandes refugios de tiendas de campaña que estarán preparados en pocos días para asistir a los deportados, quienes serán beneficiarios de hospedaje temporal, alimentos, cuidados médicos y asistencia para la adquisición de documentos de identificación.
En resumen, se tiene en proyecto la edificación de centros de recepción en nueve ciudades fronterizas de México, con el objetivo de coordinar y brindar respaldo a los parientes deportados. Adicionalmente, se establecerá un parque de autobuses para llevar a los deportados a sus sitios de procedencia dentro de México.
EL IMPACTO DE LAS POLÍTICAS DE TRUMP EN MÉXICO
El gobierno de México afirma estar listo; sin embargo, ciertos funcionarios, como José Luis Pérez, responsable de asuntos migratorios en Tijuana, han manifestado inquietudes acerca de la habilidad de las autoridades mexicanas para acoger y cuidar a todos los deportados.
La ausencia de coordinación y la anulación de programas como el CBP One crean dudas, mientras que el aumento de la presión en las ciudades fronterizas podría generar conflictos.
