Tratándose de delitos como la corrupción de los funcionarios, China no se anda por las ramas para castigar a quienes incurren en él para obtener jugosas ganancias al margen de la ley.
Y es que el gobierno chino ejecutó al exdirector de una empresa paraestatal que gestionaba activos, por aceptar sobornos por hasta 260 millones de dólares.
Lai Xiaomin, de 58 años de edad, de la China Huarong Asset Management Co, fue investigado por el órgano anticorrupción del Partido Comunista y ejecutado en la corte del Segundo Tribunal Popular Intermedio.
De acuerdo con la indagatoria, en uno de los casos, Xiaomin aceptó sobornos por 93 millones de dólares (600 millones de yuanes); además, recaudó 260 millones de dólares (mil 800 millones de yuanes) en un lapso de 10 años, abusando de su posición para hacer inversiones, brindar contratos de construcción, así como promocionar y otros favores.
Durante el juicio, el exfuncionario proveyó información en torno a sus actividades; sin embargo, de nada le sirvió pues fue condenado.