En 2004 se estrenó Misión S.O.S, una entrañable historia infantil protagonizada por Diego Boneta, Allisson Lozz y Miguel Martínez. Con el paso de los años, varios de los pequeños actores de esta producción de Rosy Ocampo han formado sus propias familias o bien han continuado su camino en la industria artística.
Uno de los personajes más icónicos de esta telenovela fue, sin duda, el Chaneque: esa peculiar criatura mítica que cobró vida gracias a Jesús Zavala. Su carisma, naturalidad y ternura conquistaron a la audiencia infantil de la época. Pero, ¿qué ha sido de él desde entonces?
CARRERA DE JESÚS ZAVALA DESPUÉS DE MISIÓN S.O.S.
Aunque Jesús inició en las telenovelas infantiles recordemos su participación en Alegrijes y Rebujos (2003) junto a Diego Boneta, Miguel Martínez y María Chacón, su carrera fue en ascenso.
En 2005 se sumó al elenco de Pablo y Andrea, junto a Danna Paola y Jorge Trejo, lo que le abrió las puertas del cine mexicano con la película Cabeza de Buda, compartiendo créditos con Kuno Becker, Irán Castillo y Vanessa Bauche.
ATRÉVETE A SOÑAR

Posteriormente, Zavala volvió a trabajar con Danna Paola en Atrévete a Soñar y se fue consolidando en el cine y la comedia con títulos como Malaventura, La Boda de Valentina y Cómplices.
CLUB DE CUERVOS

Jesús Zavala no solo siguió actuando, sino que logró consolidar una carrera versátil. Su rostro es ampliamente reconocido gracias a su papel como Hugo Sánchez, el inseparable asistente de Chava Iglesias en la exitosa serie Club de Cuervos.
En esta serie, su personaje tuvo tanto éxito que incluso obtuvo su propio spin-off. Además de Club de Cuervos, Zavala ha brillado en cintas románticas mexicanas como Veinteañera, Soltera y Fantástica y ha participado en múltiples producciones televisivas y cinematográficas.
JESÚS ZAVALA EN EL TEATRO

En teatro, también ha dejado huella: participó en la obra musical Hoy No Me Puedo Levantar, junto a Yahir y Belinda, y actualmente está promocionando la nueva temporada de Siete Veces Adiós, confirmando que su talento sigue más vigente que nunca.
Sin duda, Jesús Zavala es un claro ejemplo de cómo la constancia y la evolución pueden mantener viva una carrera artística desde la infancia hasta la madurez.