Ciudad Obregón

Un Cajeme “gris” perciben paisanos

Basura acumulada y lámparas que no encienden, es la imagen que proyecta el camellón que da la bienvenida a Obregón a los paisanos

Un Cajeme “gris” perciben paisanos

Basura acumulada y lámparas que no encienden, es la imagen que proyecta el camellón que da la bienvenida a Obregón a los paisanos que ingresan por el lado norte a la ciudad.

Después de recorrer miles de kilómetros empujados y motivados por la familia y amigos que los esperan para celebrar Navidad y Año Nuevo, envueltos en un ambiente cálido apegado a sus raíces, después de un año de ardua labor en suelo americano, llegan a su ciudad de origen.

Pero la estampa percibida es la carta de presentación que recibe a los compatriotas.

Una imagen que enseña un rostro sobre la realidad que afronta Obregón y la cual no se puede esconder debajo de la alfombra y mostrar una casa limpia con el retorno de los coterráneos, que a través de las redes sociales y el contacto que tienen con sus familiares, se enteran del panorama que se vive en Cajeme.

“Es una lástima cómo se encuentra Obregón, inseguridad, calles llenas de baches y fugas de aguas negras”, expresó Juan Mascareño, quien trabaja de jardinero en Los Ángeles, California, desde hace cinco años, y el cual en estas fechas regresa a Obregón para estar con la familia.

En Cajeme existen 35 mil luminarias instaladas, de las cuales, el 50 por ciento no enciende, compartió el alcalde de Cajeme, Javier Lamarque Cano.

Tras efectuar un recorrido por la ciudad, nos encontramos que las 17 mil 500 lámparas que no prenden la mayoría de ellas se encuentran en las colonias de la parte sur, oriente y poniente.

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Sin embargo, las calles principales no se escapan de ese renglón, siendo una de ellas la avenida Miguel Alemán uno de los accesos principales a Obregón para los paisanos, vía en la que varios faroles no hacen su función.

“Hay varias lámparas que no prenden, si circulas de noche está muy oscura la ciudad”, expresó José Orduño, quien pasó por Obregón proveniente de Tucson, Arizona, con destino a Los Mochis, Sinaloa.

De los paisanos que entrevistamos y solo circularon por Obregón, compartieron que se toparon con una ciudad carente de servicios públicos eficientes, mientras que los compatriotas que se quedarán en Cajeme para celebrar las fiestas decembrinas, señalaron que la inseguridad es lo que más les llama la atención.

“Afuera se refieren a Obregón como una ciudad en donde seguido se registran asesinatos, algo triste, esperemos que eso cambie porque nos preocupamos por nuestros familiares”, expresó Manuel Flores, paisano que labora en la construcción en Phoenix, Arizona, y tiene a su mamá e hijos en la colonia Sóstenes Valenzuela Miller.

El tópico de la inseguridad y servicios públicos son asignaturas que se vienen arrastrando de varias administraciones, en la opinión de los cajemenses de las últimas gestiones más parcas que han gobernado se encuentra la de Rogelio Díaz Brown (2012-2015) y la de Sergio Pablo Mariscal (2018-2021), el primero de ellos fue el encargado de aterrizar el proyecto de las lámparas led, las cuales han generado polémica y descontento por que no fue la idea que se le vendió a la sociedad, un contrato que amarró al Ayuntamiento a pagar un servicio alejado de garantías, algo que está viendo la presente administración, que busca cancelar el contrato que se hizo.

Por su parte a Sergio Pablo Mariscal la gente lo tacha como el peor presidente que ha tenido Obregón, a quien le cuestionan la ausencia de obras, trabajos y proyectos que hayan generado un beneficio para Cajeme.

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Ante tal escenario el terreno que le tocó pisar al actual presidente, Javier Lamarque Cano, es uno pantanoso, ensuciado por acciones apartadas de fincar el desarrollo de Cajeme, a quien parte de la población le reconoce que ha buscado el recurso y ha realizado gestiones para trabajar en materia de imagen urbana.

Lo cierto que los años sombríos que ha arrastrado Cajeme han provocado que varias colonias estén inmersas entre aguas negras, siendo de las más afectadas, Primero de Mayo y Sóstenes Valenzuela Miller.

Al deterioro de la red de drenaje sanitario se le suman calles pobladas de baches y lámparas que no prenden, aspectos que perciben los paisanos y les otorga un juicio para calificar a Obregón como una ciudad que ha quedado estancada por el mal manejo de los recursos que han tenido por parte de sus gobernantes.

La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), del Inegi, que comprende el tercer trimestre del 2022, arrojó que Obregón se percibe como la quinta ciudad más insegura de México.

El ejercicio estableció que nueve de cada 10 habitantes de 18 años y más consideran inseguro vivir en Obregón.

En 2020 un portal dio a conocer las 10 ciudades más inseguras del mundo en base al número de homicidios por el total de habitantes, lo que estableció que Obregón ocupara el no presumible puesto 5 con un registro de 80.2 homicidios por cada 100 mil habitantes.

En ese año en Cajeme se cometieron más de 500 asesinatos, una cifra que no solo se ha mantenido, sino que ha incrementado, tomando en cuenta que en el año 2021 se consumaron 704 crímenes y en lo que va del 2022 se han registrado más de 550 ejecuciones, números que incluyen varias osamentas localizadas.

De 2020 a la fecha se tienen contabilizados más de mil 700 asesinatos, de los cuales más de 700 entran a la estadística que comprende a la presente administración que tomó las riendas del poder en septiembre de 2021.

Sin duda el tema de la inseguridad es un rubro que genera eco fuera de la frontera mexicana y que provoca que Obregón se perciba como una ciudad insegura, lo que ofrece de Cajeme un semblante cicatrizado por la violencia y opacado por una imagen urbana colapsada.