Congregaciones oraron por las vocaciones, el don de la lluvia, cese de la violencia y el comercio local
Por: Javier Zepeda
Por el don de la lluvia, el cese de la violencia, la economía de los comerciantes de Cajeme y sus autoridades, así como por las vocaciones, oraron congregaciones de la vida consagrada y sacerdotes de la Diócesis de Ciudad Obregón, quienes realizaron una procesión por las calles del centro de la ciudad, con el santísimo sacramento expuesto.
"Oramos para que todos los ciudadanos que aquí laboran (en Cajeme) puedan prosperar, que sus riquezas se multipliquen y que tengan un corazón sensible con los más necesitados. Oremos al señor para que, en medio de esta prosperidad, nos conceda la lluvia pidámosle al señor que nos conceda el agua necesaria para el cultivo de la tierra, el agua necesaria para el cuidado del ganado, para todos los animales y el agua para el consumo humano. Oramos por las presas", dijo el padre, Ángel Olvera, Vicario de la Vida Consagrada.
Esta actividad se realizó en el marco de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, que se conmemora este domingo. Quienes participaron partieron de las calles Sinaloa y Zaragoza, para culminar en la Catedral del Sagrado Corazón de Jesús, donde el Obispo, Felipe Pozos Lorenzini, ofició una misa especial.
Durante el recorrido, el padre Ángel Olvera también destacó la importancia de que las familias de la Iglesia Católica, las cuales también estuvieron presentes, oren por las vocaciones a la vida religiosa y al sacerdocio.
"Oremos por la paz para la zona pastoral mayo, yaqui, mar y sierra. Oremos por la paz, no la que da el mundo, sino la paz que da Dios. Oramos también por las vocaciones y por la perseverancia de quienes ya están consagrados. La mies es mucha y los trabajadores son pocos, los apostolados que tenemos nos rebasan, necesitamos que Dios envía más y más hombres y mujeres, que desde su juventud quieran entregar sus vidas a él y al servicio del Evangelio", mencionó. En la Diócesis hay 16 congregaciones femeninas y 6 masculinas, informó el padre Ángel Olvera.
