Eddie Díaz está de vuelta en casa. El histórico mánager que llevó a los Yaquis de Obregón al tricampeonato de la Liga Mexicana del Pacífico en 2013 regresó a la ciudad para presenciar, este sábado 6 de diciembre, el retiro de su número 42 en el Estadio Yaquis, donde también tuvo la oportunidad de dirigir al equipo.
Pero un día antes realizó una visita muy especial al emblemático Estadio Tomás Oroz Gaytán, el lugar donde nació su conexión con la afición de Ciudad Obregón y donde aún permanecen rincones capaces de conmoverlo hasta las lágrimas.
"El Comandante" fue invitado por el Bachillerato Tecnológico de Educación y Promoción Deportiva (BTED) a recorrer el recinto, cuyo campo de juego permanece intacto y donde ahora se forman jóvenes que sueñan con alcanzar el beisbol profesional.
Llegó puntual, de la mano de su esposa, tras un largo viaje desde Iowa y, previamente, desde Dubái, donde hoy forma parte del equipo directivo de una nueva liga en desarrollo.
Al ingresar, fue recibido con aplausos por alumnos, docentes y personal del BTED. Ahí recibió la primera gran sorpresa del día: la aparición de Albino Contreras, "El Cuate", integrante del cuerpo de entrenadores. Ambos se fundieron en un abrazo que reflejó la alegría del reencuentro.

UN RECORRIDO LLENO DE BUENOS RECUERDOS
Eddie recorrió el estadio y conoció las nuevas instalaciones, hasta llegar al campo. Desde ahí dirigió unas palabras al equipo de entrenadores y formadores de los jóvenes, recordándoles la enorme responsabilidad que tienen en sus manos.
Luego subió a la lomita, la misma desde la que, en 2013, levantó el trofeo junto al equipo que hizo historia para Ciudad Obregón. Miró a su alrededor, sonrió y caminó hasta el dugout, ubicándose en el sitio desde donde solía dirigir cada juego. "Aquí era donde te sentabas tú", le dijo a su esposa, señalando el antiguo palco junto a la caseta local.
El recorrido continuó por las aulas y otros espacios que parecían despertar en él una marea de recuerdos. Más adelante, al subir por la rampa principal hacia el área central, lo esperaba otro grupo de estudiantes.

Tomó el micrófono, pero la emoción lo venció. Bajó la cabeza mientras los presentes aplaudían, y las lágrimas aparecieron. Minutos después, recibió un jersey del BTED y pidió que fuera firmado por los jóvenes.
Respondió preguntas, compartió consejos, habló de momentos especiales con los Yaquis y bromeó una y otra vez con Albino Contreras.
"Yo también fui jugador, y quizás nunca llegué a Grandes Ligas, pero para mí las Grandes Ligas son tener una familia, un matrimonio de 40 años, amigos y poder volver a esta ciudad que está tocada por el destino", dijo.

COMPARTIÓ CONSEJOS DE VALOR
A los jóvenes les recordó que, en el deporte o cualquier camino que elijan, están construyendo un futuro para convertirse en hombres de bien, pero que su primer amor siempre debe ser la familia. "Busquen siempre la manera de dejar algo bueno en quienes los rodeen. Sean hombres de valor y buenos ciudadanos".
Al finalizar su mensaje, la directora Rosalinda Medina López le entregó un reconocimiento por su liderazgo en el deporte y por promover valores y buenas acciones en Ciudad Obregón. Después vinieron los autógrafos y las fotos, como si el tiempo no hubiera pasado en el Tomás Oroz Gaytán.
Así, "El Comandante" confirmó que sigue siendo querido por una ciudad que lo reconoce como amigo y como un hombre que supo hacer el bien y ganarse el cariño de muchos a través de sus acciones.





