Las fresas son una de las frutas más consumidas por su sabor dulce y su alto contenido en antioxidantes. Pero también son una de las frutas más propensas a contener residuos de pesticidas, bacterias y suciedad.
Si no se lavan correctamente, pueden provocar enfermedades estomacales como diarrea, infecciones intestinales o intoxicaciones alimentarias. Por eso, es muy importante saber cómo lavar las fresas de forma segura antes de consumirlas.

SIGUE ESTOS PASOS PARA EVITAR ENFERMEDADES AL COMER FRESAS
Paso 1: No retires el tallo antes de lavarlas: Aunque pueda parecer lo contrario, quitar el tallo antes de lavar las fresas puede permitir que el agua sucia y los microorganismos penetren en el interior de la fruta. Es mejor lavarlas enteras y cortar después.
Paso 2: Enjuague inicial con agua fría: Coloca las fresas en un colador y enjuágalas bajo un chorro de agua fría durante unos segundos para eliminar la suciedad superficial.
Paso 3: Desinfección natural con vinagre o bicarbonato: Llena un recipiente con una mezcla de una parte de vinagre blanco por tres de agua, o una cucharada de bicarbonato de sodio por litro de agua.
Remoja las fresas durante 5 a 10 minutos. Esto ayuda a eliminar bacterias, moho y pesticidas. Después, enjuaga nuevamente con agua fría.
Paso 4: Secado adecuado: Coloca las fresas sobre papel absorbente o una toalla limpia y sécalas con cuidado. Esto evita la proliferación de hongos y ayuda a conservarlas por más tiempo.
CONSEJOS ADICIONALES
Además de estas recomendaciones toma en cuenta que lo mejor es consumir el mismo día las fresas que se acaban de lavar o dejarlas en un recipiente sin tapa dentro del refrigerador para permitir que respiren.
Recuerda que el lavado correcto de fresas no solo mejora su salud, sino que también ayuda a proteger la salud de quien la consume. Seguir el proceso antes descrito puede hacer la diferencia entre un alimento saludable y otro que pueda afectar el sistema digestivo.