La caída del cabello es una preocupación común entre los hombres, y aunque en muchos casos tiene un origen genético, diversos hábitos diarios pueden acelerar el proceso y hacer que la pérdida de pelo ocurra antes de lo esperado.
Diversos factores pueden influir en la salud capilar de las personas, como el estrés, la mala alimentación o incluso la temperatura del agua.
HÁBITOS QUE ACELERAN LA CALVICIE
De acuerdo con especialistas en cuidado del cuero cabelludo, no existe una cura definitiva para la calvicie, pero sí es posible retrasar su avance adoptando ciertos cambios en el estilo de vida. Por ello, identificar y eliminar prácticas dañinas es clave para conservar el cabello por más tiempo:
BAÑARSE CON AGUA CALIENTE
Uno de los errores más comunes es bañarse con agua demasiado caliente. Aunque resulta relajante, esta costumbre elimina los aceites naturales que protegen el cuero cabelludo, lo que provoca deshidratación, resequedad y fragilidad en el cabello.
ESTRÉS
Este factor puede alterar el ciclo natural del crecimiento capilar, volviendo el cabello más débil y opaco.
ALIMENTACIÓN
Una dieta deficiente o los periodos prolongados sin comer afectan la producción de proteínas, indispensables para mantener el pelo fuerte y resistente. Incorporar alimentos como lentejas, pescado, huevos y carne ayuda a fortalecer las hebras desde la raíz.
USO EXCESIVO O INCORRECTO DE PRODUCTOS
Los productos con alto contenido de alcohol resecan el cabello y lo hacen más propenso a romperse, mientras que los tratamientos “milagrosos” suelen ser contraproducentes e incluso dañar el cuero cabelludo.
FUMAR
No solo perjudica los pulmones o la piel, también afecta la circulación sanguínea en el cuero cabelludo, debilitando los folículos pilosos y favoreciendo la caída. Finalmente, peinarse con demasiada fuerza o secar el cabello bruscamente sobre todo cuando está mojado puede fracturar las fibras capilares, ya que en ese estado son más vulnerables.
Adoptar medidas sencillas como moderar la temperatura del agua, reducir el estrés, cuidar la alimentación y evitar productos agresivos puede marcar la diferencia.