Nadie es anónimo en la web, pues todo lo que hacemos deja un rastro que los algoritmos rastrean y analizan incesantemente para generar patrones
Por: Marcela Islas
En un universo digital donde nuestros datos pueden ser vendidos al mejor postor, utilizados para manipular las decisiones de los demás, o las nuestras, a través de phishing, deep-fake y otros métodos de fraude, dejar nuestra información al aire es ponernos en riesgo automáticamente.
Cuando utilizamos plataformas de redes sociales o visitamos sitios web, cada clic, compra, comentario, "me gusta", entre otros, construyen un retrato digital que puede ser malinterpretado o explotado.
¿QUÉ ES LA HUELLA DIGITAL EN INTERNET Y QUÉ TIPOS HAY?
La huella digital es, básicamente, la información que dejamos en línea al interactuar con internet, incluyendo publicaciones, búsquedas y compras. Se divide en:
- Huella activa: La que generamos intencionalmente, como publicaciones en redes sociales o formularios completados.
- Huella pasiva: La que se recopila sin nuestro conocimiento, como el seguimiento de nuestra actividad en sitios web mediante cookies o direcciones IP.
Este registro que vamos dejando cuando navegamos en internet debemos vigilarlo si no queremos que individuos o grupos organizados lo empleen como un punto débil para atacarnos.
¿CUÁLES SON LOS RIESGOS DE LA HUELLA DIGITAL EN INTERNET?
La huella digital puede causar problemas serios, por lo que es mejor estar alerta. Entre los principales riesgos se encuentran:
- Robo de identidad. Los delincuentes pueden hacerse pasar por ti y realizar transacciones fraudulentas.
- Fraude financiero. Un simple descuido puede provocar que alguien acceda a tus cuentas bancarias.
- Pérdida de privacidad. Publicar información personal puede hacerte vulnerable a acosadores o ciberdelincuentes.
- Manipulación publicitaria. La publicidad personalizada puede inducirte a comprar cosas que realmente no necesitas.
CONSEJOS PARA PROTEGER TU INFORMACIÓN EN INTERNET
- Busca tu nombre en diferentes buscadores y revisa los resultados. Si encuentras algo preocupante, intenta modificarlo o contactar a los administradores del sitio para solicitar cambios.
- Configura alertas de búsqueda para mantenerte informado sobre menciones de tu nombre.
- Revisa y actualiza las publicaciones antiguas en redes sociales.
- Gestiona tus cookies borrando el historial o navegando en modo incógnito para minimizar la información compartida sin tu consentimiento.
- Usa contraseñas seguras y habilita la autenticación de doble factor.
- Utiliza servicios de VPN para cifrar tu conexión y proteger tu identidad en línea.
Aunque en internet hay millones de páginas a las que podemos acceder sin pagar, la realidad es que nada es gratis. Lo que no se paga con dinero, se paga con los datos generados a medida que interactuamos digitalmente.
Nadie es anónimo en internet, pues todo lo que hacemos deja un rastro que los algoritmos rastrean y analizan incesantemente, generando patrones de comportamiento. Las redes sociales, en particular, se han convertido en un componente crucial de ese rastro digital.
La información que volcamos en ellas puede influir en el comportamiento de los demás y afectar nuestra reputación. Por ejemplo, un 34 por ciento de los reclutadores afirmó haber rechazado a algún candidato por su actividad en redes sociales, según el Informe Talento Conectado de 2019.
Ante estos desafíos, proteger nuestra identidad digital es esencial, pues más allá de las contraseñas sólidas, la educación en seguridad en línea y una configuración consciente de la privacidad en redes sociales son claves para fortalecer nuestra defensa digital.
La autenticación de doble factor y el uso de servicios de VPN también son herramientas fundamentales para garantizar nuestra protección en el ciberespacio.