En México, siete de cada diez trabajadores han experimentado alguna vez el llamado Síndrome de Burnout, también conocido como el síndrome del quemado. De acuerdo con la Secretaría de Salud, se trata de un fenómeno ocupacional que se presenta principalmente en el ámbito laboral y que se caracteriza por un agotamiento crónico, sobre todo a nivel emocional.
UN PROBLEMA QUE VA MÁS ALLÁ DEL ESTRÉS
La psicóloga universitaria Verónica Elizabeth García Martínez, docente de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), explicó que el burnout representa una forma avanzada del estrés. "Es como la complicación del estrés. En México, tenemos la mala costumbre de ver el estrés como algo normal dentro del trabajo, y las personas empiezan a asumir más actividades de las que pueden manejar. Luego llega la autoexigencia y el desgaste emocional", señaló.
Este desgaste se traduce en una disminución del rendimiento laboral, insatisfacción personal y, en casos más graves, afectaciones a la salud física. El trabajador comienza a sentirse desconectado, pierde la motivación y puede desarrollar síntomas de ansiedad, depresión o fatiga constante.
UN FENÓMENO EN CRECIMIENTO DESDE 2018
Desde 2018, este tipo de problemáticas ha sido reconocido de manera formal con la implementación de la Norma Oficial Mexicana NOM-035, la cual busca identificar y reducir los factores de riesgo psicosocial en los centros de trabajo. El objetivo es mejorar la salud mental de los colaboradores y fomentar ambientes laborales más sanos.
García Martínez comentó que el síndrome del quemado se presenta con mayor frecuencia entre personas de 30 a 40 años, siendo más común en mujeres, personas neurodivergentes y miembros de la comunidad LGBTQ+. "Es estar en una constante demanda, un nivel de exigencia que te rebasa. Llega un punto en el que simplemente no puedes más, aparece una especie de renuncia psicológica, te aíslas, haces menos cosas y surge la culpa por no rendir igual que antes", explicó.

LA IMPORTANCIA DE ENTORNOS LABORALES SALUDABLES
La especialista exhortó a las empresas e instituciones a revisar los estilos de liderazgo, la carga de trabajo y las capacidades de cada empleado. Señaló que crear condiciones laborales saludables no solo mejora la productividad, sino que también protege la salud emocional y física de los trabajadores.
Asimismo, recomendó a los empleados aprender a establecer límites claros y cuidar su bienestar personal. "Un buen trabajo es aquel que te permite descansar, convivir con tu familia y tener una vida fuera del entorno laboral. Cuando tu empleo no te da ese espacio, comienzan los malestares", concluyó.
El Síndrome de Burnout sigue siendo una realidad para millones de trabajadores en México, y atenderlo a tiempo puede marcar la diferencia entre una vida laboral sana y una marcada por el desgaste emocional.




