La Pasión de Cristo en Iztapalapa ya es Patrimonio Cultural de la Humanidad

El mayor viacrucis de México fue reconocido por la Unesco por su valor histórico, cultural y social

La tradición tiene su origen en 1833.
La tradición tiene su origen en 1833.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) inscribió oficialmente la Representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo de Iztapalapa en su Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Con ello, el mayor viacrucis de México obtiene un reconocimiento global por su profundo valor histórico, social y cultural.

Durante la vigésima reunión del Comité Intergubernamental celebrada en Nueva Delhi, la subdirectora de Patrimonio Inmaterial de México, Edaly Quiroz, destacó que esta tradición "trasciende lo religioso" y constituye un acto de unidad, fe y resiliencia que moviliza cada año a miles de personas en un ejercicio colectivo de memoria e identidad.

UNA CELEBRACIÓN QUE TRANSFORMA A IZTAPALAPA

Cada Semana Santa, los ocho barrios originarios de Iztapalapa se organizan para convertir calles, plazas y cerros en escenarios del Nuevo Testamento.

La representación es considerada la más multitudinaria del país y una de las mayores expresiones de religiosidad popular en América Latina.
Solo en 2024, la celebración reunió a más de 1.4 millones de asistentes; en años previos a la pandemia, llegó a superar los dos millones de personas.

Además de su dimensión espiritual, el viacrucis es un motor de cohesión social para esta demarcación del oriente de Ciudad de México, históricamente marcada por altos índices de densidad poblacional y retos en materia de seguridad.

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180 AÑOS DE HISTORIA TRAS LA LLEGADA DE UNA EPIDEMIA

La tradición tiene su origen en 1833, cuando la comunidad hizo un voto colectivo para pedir el fin de una epidemia de cólera que afectaba gravemente a la zona. Una década más tarde, en 1843, se realizó la primera puesta en escena de la Pasión de Cristo, dando inicio a un ciclo con más de 180 años de continuidad.

México destacó ante la Unesco que esta celebración ha evolucionado con principios contemporáneos, incorporando criterios de igualdad de género y derechos humanos dentro de sus estatutos internos.

El plan de salvaguardia aprobado también contempla fortalecer los archivos históricos y consolidar al Comité Organizador de la Semana Santa en Iztapalapa (COSSIAC) como el órgano rector de la tradición.