En medio del cansancio de fin de año, las prisas decembrinas y el estrés acumulado en casa, muchos padres recurren a una amenaza que parece inofensiva y hasta tradicional: advertir a los niños que Santa Claus les traerá carbón si no se portan bien o que, simplemente, no recibirán regalos.
Aunque durante generaciones esta práctica ha sido vista como parte del folclor navideño, especialistas en salud emocional infantil advierten que sus efectos pueden ser más profundos de lo que se cree.
PSICÓLOGA ADVIERTE SOBRE EL IMPACTO EMOCIONAL EN LOS NIÑOS
La psicóloga infantil y coach de crianza, Mariana Pérez Borrero, considera que esta costumbre está lejos de ser educativa y responde más a un modelo de control basado en el miedo que a una verdadera enseñanza.
"En mi experiencia como psicóloga infantil, esta tradición está desactualizada. Está basada en el miedo, en amenazas vacías y en la manipulación emocional", explicó.
¿ESTÁ BIEN DAR CARBÓN EN NAVIDAD O DECIR QUE SANTA NO DARÁ REGALOS?
Aunque algunos padres piensan que amenazar con el carbón ayuda a marcar límites, la especialista advierte que el mensaje que los niños internalizan no es responsabilidad, sino vergüenza.
"Internalizan la vergüenza y no la responsabilidad. Les enseñamos que la aprobación del adulto es condicional", señaló.
Ese mensaje, añadió, suele traducirse en ideas como: "te amamos si eres perfecto", "te regalamos si te portas bien" o "mereces solo si no te equivocas".
Pérez Borrero subraya que la Navidad debería ser un espacio de conexión, magia y seguridad emocional. Sin embargo, cuando se introduce la amenaza del castigo, el mensaje se vuelve contradictorio.
"La Navidad debería ser sobre generosidad, familia y magia. Pero cuando decimos que Santa no vendrá o traerá carbón, eso genera ansiedad y confusión", afirmó.
Los niños, explicó, comienzan a preocuparse por si son "buenos o malos" y por si serán amados o validados. Aunque la amenaza puede frenar una conducta en el momento, su efecto es solo temporal y refuerza la idea de que el comportamiento importa únicamente por las consecuencias externas.
EL CARBÓN SÍ PUEDE DEJAR HUELLA
Aunque muchos adultos recuerdan con humor haber recibido carbón alguna vez, Pérez Borrero advierte que no todos lo vivieron sin consecuencias emocionales.
"He escuchado historias de adultos que siguen cargando con ese recuerdo", relató. Recordó incluso el caso de un niño que abrió un regalo envuelto con ilusión y encontró carbón dentro. "Es engañoso y doloroso. Enseña que no vales y que solo mereces si te comportas de cierta manera", explicó.
Por ello, se recomienda no recurrir a este tipo de prácticas.




