Los colibríes, esas diminutas joyas aladas que parecen destellos de color suspendidos en el aire, hoy enfrentan una dura batalla por sobrevivir. La urbanización, la pérdida de hábitat y prácticas dañinas como los rituales de "amarres de amor" han puesto en riesgo su existencia.
En México habitan 59 especies, de las cuales 13 son endémicas; sin embargo, nueve ya se encuentran en peligro crítico de extinción, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
PROGRAMA ADOPTA UN COLIBRÍ
Ante este panorama, el Parque Naucalli en Naucalpan lanzó el programa Adopta un colibrí, una iniciativa que combina conciencia ambiental, arte y acción ciudadana.
A diferencia de lo que su nombre podría sugerir, no se trata de tener un ave en jaula, sino de crear un refugio en tu propio espacio para que los colibríes sigan libres y seguros.
¿CÓMO SE PUEDE ADOPTAR UN COLIBRÍ?
Por una aportación de 500 pesos, los participantes reciben el Kit Colibrí, que incluye certificado de adopción, guía digital de cuidados, calendario ilustrado, dije conmemorativo, reconocimiento en redes sociales y un álbum musical de la mezzosoprano Diana Bellini, fundadora del proyecto.
La artista busca, a través de su música, generar una experiencia sensorial que acerque a las personas a la naturaleza y refuerce la conexión con estas aves. El programa también invita a transformar balcones, jardines y ventanas en micro santuarios naturales.
Para lograrlo, recomienda colocar bebederos con agua azucarada (sin colorantes), plantar flores nativas como salvias o lavandas, evitar pesticidas y observar con respeto el ir y venir de los colibríes. Incluso en un espacio reducido es posible ofrecerles alimento y resguardo.
Además del santuario en Naucalpan, existen otros espacios en México dedicados a su protección, como el Santuario de Colibríes en Tlahuapan (Puebla), Casa Colibrí en el Parque Ecológico de Tlalpan y el refugio de Catia Lattouf en Polanco. Todos trabajan en rehabilitación, educación y conservación.
Adoptar un colibrí no solo es un acto simbólico; es una forma concreta de cuidar el planeta y participar en la preservación de una especie vital para los ecosistemas. Con un gesto pequeño, cualquiera puede contribuir a que estas aves sigan volando libres y pintando de vida el cielo mexicano.