Cada parte del sistema digestivo cumple una función específica en el proceso de digestión, por lo que es importante tomarse el tiempo necesario
Por: Marcela Islas
Comer es una necesidad esencial de los seres humanos, siendo un proceso largo y complejo, pues al ingerir los alimentos se comienza en la boca y finaliza en el intestino con la absorción de los nutrientes.
Cada parte del sistema digestivo cumple una función específica en este proceso. Sin embargo, cuando una persona come demasiado rápido, la boca no puede desempeñar su papel correctamente.
¿QUÉ PASA CUANDO UNA PERSONA COME MUY RÁPIDO?
Según Rubén Bravo, nutricionista de la Clínica Evolution y experto en psicología positiva, "el ensalivado no se realiza correctamente y el alimento entra demasiado sólido en el estómago, lo que genera un mayor nivel de acidez y un trabajo mucho más exigente para el estómago", señala al sitio CuídatePlus.
A largo plazo, este hábito puede causar problemas de salud, como la aparición de úlceras. Además, Bravo señala que "al ingerir más alimento, el estómago aumenta su flexibilidad, lo que puede llevar a la necesidad de consumir mayores cantidades de comida para sentirse saciado".
¿COMER RÁPIDO ENGORDA?
Se ha dicho que comer rápido puede llevar al aumento de peso y la razón a esto se debe a la hormona de la saciedad, la grelina. Bravo explica que "hay un receptor en la parte superior del estómago que se activa entre los 20 y 25 minutos después de comenzar a comer.
Si la persona come rápidamente, cuando finalmente se sienta llena, habrá consumido una cantidad mucho mayor de alimento". Por lo tanto, el aumento de peso no se debe a masticar poco, sino a ingerir una mayor cantidad de comida en poco tiempo.
¿QUÉ SIGNIFICA QUE UNA PERSONA COMA MUY RÁPIDO?
Desde un punto de vista psicológico, Bravo advierte que comer rápidamente puede estar relacionado con altos niveles de ansiedad o estrés. Incluso, podría ser un indicio de un trastorno de la conducta alimentaria, como la ingesta compulsiva de comida.
Las personas con tendencia a la obesidad tienen hormonas, como la leptina, que favorecen la ingesta compulsiva, especialmente de alimentos adictivos ricos en harinas refinadas, azúcares simples y grasas saturadas. Consumir estos alimentos estimula en exceso neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, generando sensaciones de placer y tranquilidad.
Si este hábito no se detecta a tiempo, puede derivar en una adicción a la comida. "La persona podría llegar a comer de manera compulsiva, sin poder frenar ni controlar qué, cómo o por qué está comiendo", enfatiza el nutricionista.
CONSEJOS PARA COMER MÁS DESPACIO
Para corregir este hábito, Bravo recomienda:
- Reconocer el problema y ser consciente de sus consecuencias.
- Ser más consciente de la manera en que se come, intentando masticar más y dejando el tenedor entre bocados.
- Servir porciones pequeñas para evitar la ingesta excesiva.
- Conversar durante la comida para que sea un acto social y no solo una necesidad física.
- Incluir un pequeño aperitivo saludable antes de las comidas principales para no llegar con un hambre excesiva.
- Hacerse la pregunta: si tanto disfruto comer, ¿por qué no hacerlo más despacio para saborear mejor los alimentos?
Adoptar estos hábitos puede ayudar a mejorar la digestión, controlar el peso y fomentar una relación más saludable con la comida.