La acumulación de grasa en el hígado, conocida médicamente como esteatosis hepática o hígado graso, se ha convertido en uno de los problemas de salud más frecuentes a nivel mundial. Aunque durante años se pensó que solo estaba relacionada con el consumo de alcohol, hoy se sabe que también afecta a personas que no beben, incluidos niños y adultos, y que está estrechamente vinculada con el estilo de vida moderno.
¿QUÉ ES EL HÍGADO GRASO Y POR QUÉ ES TAN COMÚN?
El hígado graso se presenta cuando se acumulan lípidos en las células hepáticas. Existen dos tipos principales: el de origen alcohólico y el no alcohólico, que es el más común. Este último suele aparecer en personas con sobrepeso u obesidad, diabetes tipo dos, resistencia a la insulina o alteraciones en el metabolismo de las grasas.
De acuerdo con estimaciones de organismos internacionales de salud, cerca de una cuarta parte de la población mundial vive con esta condición en distintos niveles, muchas veces sin síntomas evidentes, lo que dificulta su detección temprana.
EL PRIMER PASO PARA REVERTIR EL PROBLEMA
Especialistas coinciden en que no existe una solución rápida ni milagrosa para eliminar la grasa del hígado. El cambio debe comenzar en la alimentación diaria. Una dieta equilibrada, basada en productos naturales, es clave para reducir la inflamación y la acumulación de grasa hepática.
Se recomienda priorizar el consumo de frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables, como las que aportan el pescado y los frutos secos. Al mismo tiempo, es fundamental disminuir el consumo de azúcares refinados, alimentos ultraprocesados y grasas saturadas. Las bebidas azucaradas y el alcohol merecen especial atención, ya que pueden acelerar el daño hepático.
UN ALIADO INDISPENSABLE
La actividad física regular cumple un papel central en el tratamiento del hígado graso. Los expertos sugieren realizar al menos 150 minutos de ejercicio aeróbico moderado a la semana, combinados con rutinas de fortalecimiento muscular.
Mantenerse activo ayuda a mejorar la sensibilidad a la insulina y a reducir la grasa acumulada en el hígado. Incluso cambios simples, como caminar a diario o reducir el tiempo sedentario, pueden marcar una diferencia cuando se sostienen en el tiempo.
LA IMPORTANCIA DE BAJAR DE PESO DE FORMA GRADUAL
En personas con sobrepeso u obesidad, la pérdida de peso controlada es uno de los factores que más impacta en la recuperación del hígado. Los especialistas indican que reducir entre el siete y el diez por ciento del peso corporal puede generar mejoras significativas en la salud hepática.
Lo más importante es que esta reducción sea progresiva y sostenida. Las dietas extremas o rápidas pueden resultar contraproducentes y aumentar el riesgo de complicaciones.
¿EXISTEN MEDICAMENTOS PARA ELIMINAR LA GRASA DEL HÍGADO?
Hasta el momento, no hay medicamentos aprobados específicamente para tratar el hígado graso no alcohólico. La mayoría de los tratamientos farmacológicos aún se encuentran en etapa de investigación. Por ello, el enfoque médico se centra en controlar las enfermedades asociadas, como la diabetes, los niveles altos de colesterol y la hipertensión.
EL SEGUIMIENTO MÉDICO ES FUNDAMENTAL
El acompañamiento de un profesional de la salud es clave para evitar que la esteatosis hepática avance hacia formas más graves, como la inflamación crónica o la fibrosis. Estudios de laboratorio y pruebas de imagen permiten evaluar la evolución del hígado y ajustar las estrategias de tratamiento.
Adoptar cambios sostenidos en la alimentación, mantenerse activo y acudir a revisiones médicas periódicas sigue siendo, según los expertos, la forma más segura y efectiva de reducir la grasa del hígado y proteger la salud a largo plazo.




