Este santo, quien fue crucificado junto con Jesús, es considerado patrono de los prisioneros, ladrones arrepentidos, condenados a muerte y alcohólicos
Por: Ofelia Fierros
El 25 de marzo, la Iglesia Católica conmemora a San Dimas, conocido como "El Buen Ladrón", quien es considerado como el primer santo de la historia de la Iglesia.
Su figura destaca por un acto de fe y arrepentimiento en el momento más crítico de su vida: la crucifixión al lado de Jesucristo en el Gólgota. Esta fecha coincide también con la Solemnidad de la Anunciación del Señor.
San Dimas, junto a otro ladrón, fue crucificado junto a Jesús. Sin embargo, a diferencia de su compañero, quien lo insultaba, Dimas reconoció en Cristo al Hijo de Dios y, en un acto de humildad, le pidió: "Acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino". La respuesta de Jesús fue clara y consoladora: "Hoy estarás conmigo en el Paraíso" (Lc 23, 39-43), una promesa que marcó su santidad.
UNA VIDA MARCADA POR EL ARREPENTIMIENTO
Poco se sabe sobre la vida de San Dimas, ya que la Escritura no aporta detalles adicionales más allá del pasaje evangélico que narra su encuentro con Jesús. No obstante, en los textos apócrifos, como el Evangelio de Nicodemo, se menciona que Dimas fue colocado a la derecha de Cristo, mientras que a su izquierda estaba Gestas, "El Mal Ladrón".
En la tradición, incluso se relata que Dimas era un hombre de origen galileo que se dedicaba al robo, especialmente a los ricos, aunque también ayudaba a los pobres. El Protoevangelio de Santiago señala que, a pesar de su vida delictiva, Dimas compartía ciertas cualidades nobles, como el hecho de ayudar a los muertos y enterrar a los que no tenían quien lo hiciera.

UN ACTO DE FE Y SALVACIÓN
La figura de San Dimas es una lección de arrepentimiento y esperanza. A pesar de haber sido un ladrón, su corazón se abrió al perdón y la misericordia de Dios en su último momento de vida. Este acto de fe, al reconocer la inocencia de Cristo y pedir por su salvación, le permitió recibir la promesa divina de entrar al Paraíso.
La intervención de San Dimas, quien fue uno de los pocos que estuvo junto a Jesús en ese momento de dolor y sufrimiento, resalta la idea de que nunca es tarde para el arrepentimiento y la conversión. Su historia refleja la infinita misericordia de Dios, que no hace distinción entre las personas, sino que acoge a todos aquellos que se acercan con un corazón arrepentido.
¿POR QUÉ SAN DIMAS ES CONSIDERADO UN SANTO CANONIZADO EN VIDA POR JESÚS?
Aunque la Iglesia Católica nunca ha canonizado formalmente a San Dimas, la tradición lo considera un santo por la promesa directa que Jesús le hizo: "HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO". Este reconocimiento subraya su condición de santidad, ya que es la única persona a quien Cristo garantizó el cielo.
La historia de San Dimas ofrece una fuente de inspiración y esperanza para todos los cristianos, pues nos recuerda que, a pesar de las faltas del pasado, siempre existe la oportunidad de arrepentirse y encontrar la salvación. Su ejemplo, como "el delincuente que confesó su fe", se convierte en un testimonio de la misericordia divina y un llamado a la conversión.
