¿Por qué el pueblo de La Rosilla, Durango, es conocido como “El Congelador de México”?
En esta comunidad está ubicada en el municipio de Guanaceví y tiene menos de 200 habitantes, quienes se preparan con antelación para el invierno
Ubicado en lo más alto de la Sierra Madre Occidental, en el municipio de Guanaceví, Durango, se encuentra La Rosilla, el poblado más frío de México.
Con una altitud de 2 mil 728 metros sobre el nivel del mar, este pintoresco rincón es conocido como "El Congelador de México" debido a sus extremas temperaturas, que durante el invierno alcanzan valores realmente sorprendentes.
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La Rosilla es un lugar donde los amaneceres son los más fríos del país. Con menos de 200 habitantes, la vida en este poblado no es para cualquiera, ya que las bajas temperaturas pueden ser extremas y desafiantes.
¿POR QUÉ ESTE LUGAR ES CONOCIDO COMO “EL CONGELADOR DE MÉXICO”?
En 2006, La Rosilla alcanzó una temperatura mínima histórica de -21.5 grados Celsius, lo que la consolidó como la segunda localidad más fría de México, según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Esta extrema temperatura es solo un ejemplo de lo que este lugar puede ofrecer en cuanto a fenómenos climáticos, los cuales se deben a su peculiar ubicación geográfica, la orografía, el relieve y la limitada exposición al sol.
A pesar de ser un lugar donde el sol no brilla con frecuencia, La Rosilla experimenta un verano corto, que va del 21 de junio al 22 de septiembre, cuando la naturaleza se despierta bajo el cálido astro rey.
Sin embargo, el resto del año, los fríos intensos dominan la vida diaria. Durante el invierno, las temperaturas oscilan entre los -15°C y -13°C, convirtiendo a La Rosilla en un auténtico congelador natural.
La agricultura en este lugar es limitada debido a las condiciones climáticas extremas. Solo cultivos como la avena y la papa pueden prosperar en este terreno helado. Por ello, muchos de los habitantes dependen del apoyo de los pueblos vecinos para su abastecimiento alimenticio.
En el ámbito educativo, el clima gélido también marca el ritmo de las actividades. Las escuelas abren a las 9 de la mañana para evitar los intensos fríos matutinos, y dentro de las aulas, estufas de leña mantienen el calor necesario para que los estudiantes puedan aprender en un ambiente cómodo. No obstante, en ocasiones el frío extremo obliga a suspender las clases de manera temporal.
Sin duda, este pintoresco poblado ofrece una experiencia inolvidable para quienes se atreven a explorar uno de los climas más extremos del país.