"Basta ya de intereses personales o partidistas", enfatizaron, exhortando a formar un frente común contra la violencia
Por: César Omar Leyva
La Conferencia de Episcopado Mexicano (CEM) expresó su indignación y el dolor de la Iglesia tras el asesinato de siete jóvenes en Salamanca, Guanajuato, entre ellos miembros de la Pastoral Juvenil de la Parroquia de San José de Mendoza.
Mediante un comunicado firmado por varios obispos, la Iglesia Católica calificó este crimen como un reflejo de la creciente violencia que azota a todo el país y que "se ha vuelto un cáncer para nuestra sociedad".
En el mensaje, los líderes eclesiásticos pidieron por el eterno descanso de las víctimas y el consuelo de sus familias, al tiempo que hicieron un llamado urgente a las autoridades y a la sociedad para asumir un compromiso real en la construcción de la paz y la justicia en México.
"La delincuencia presume impunidad, manifiesta el desprecio por la vida y hace imperar la inseguridad en nuestros espacios vitales comunitarios", señala el documento, instando a la unidad nacional para frenar la ola de violencia.
El pronunciamiento también resalta la importancia de la paz como un valor activo, citando al Papa Francisco: "Debemos constituirnos en artesanos de paz, dispuestos a generar procesos de sanación y de reencuentro con ingenio y audacia".
DIÓCESIS DE TODO EL PAÍS EXPRESAN CONDOLENCIAS
El impacto de este crimen ha generado reacciones en distintas diócesis de México, donde obispos y comunidades han manifestado su solidaridad con las familias de las víctimas y su preocupación ante la crisis de inseguridad. En varias regiones del país, sacerdotes y feligreses han elevado oraciones por los jóvenes asesinados y han exigido acciones concretas para detener la violencia.
Los obispos hicieron un llamado a las autoridades de todos los niveles de gobierno, así como a la sociedad civil, empresarios, comunicadores y ciudadanos en general, para que asuman su responsabilidad en la construcción del bien común y la justicia. "Basta ya de intereses personales o partidistas", enfatizaron, exhortando a formar un frente común contra la violencia.
Finalmente, la Iglesia depositó su esperanza en la promesa cristiana de paz y pidió la intercesión de la Virgen de Guadalupe para guiar a México en la búsqueda de la reconciliación y la seguridad.
