Jacinto, el preso que se aparece en la cárcel más temida
Por amor, el hombre se inculpó sobre unos crímenes que no cometió; se suicidó en su celda; su fantasma sigue esperando a su amada
La cárcel más temida y creada en sus inicios para albergar a los presos más peligrosos del país es actualmente el recinto que contiene al Archivo General de la Nación.
Es Lecumberri, o como más es conocido: el Palacio Negro, por las terribles historias que en su interior se gestaron, como la de Jacinto, un preso al que apodaban el "Venado", debido a que su esposa le fue infiel con su mejor amigo, y que luego se suicidó.
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De acuerdo con Juan, uno de los conserjes del recinto, nada había percibido, hasta que un noche de viernes, cuando las instalaciones estaban completamente solas, se topó en la recepción con un hombre, Jacinto, quien le preguntó si alguien lo había ido a buscar.
Con cierto temor y extrañeza, porque a esas horas no hay nadie en las oficinas, se dirigió a él y le dijo que no.
Con la cabeza inclinada y con cierta nostalgia, el hombre insistió en preguntar por una mujer, Amelia.
El conserje, más que extrañado y ya sin tanto miedo, pues pensaba se trataba de un indigente que se había escabullido sin ser detectado por los guardias, cuestiona si ella labora en el lugar, a lo que Jacinto le responde que Amelia es su esposa.
Cuando Juan por fin cayó en cuenta que el sujeto nada tenía que hacer a deshoras laborales le pregunta “¿Por qué está usted aquí a estar horas?”, y en una distracción de unos segundos, al buscarlo de nuevo Jacinto había desaparecido, provocando en el conserje un escalofrío sobrenatural, pero continuó con lo suyo.
Al día siguiente, y recordando el extraño suceso, Juan recuerda que Jacinto vestía un uniforme gris, desgastado y sucio; en ese momento, y de acuerdo con las fotografías que había visto en el Archivo, así vestían los reos de los años 40.
Con ayuda de un trabajador del recinto, se dan a la tarea de investigar en los expedientes de Lecumberri, y cuál sería su sorpresa que en esa década existió un tal Jacinto, apodado "Venado", pues su esposa lo engañó con su mejor amigo.
Jacinto estaba en prisión porque su mujer y su amante cometieron un robo y un asesinato en la casa donde su esposo laboraba; cuando la Policía dio con los responsables, la mancornadora señaló a su esposo como el responsable.
Por amor y a fin de que su esposa no pisara la cárcel, se inculpa de lo ocurrido, bajo promesa de parte de ella de que lo visitaría cada viernes, pero Amelia jamás le cumplió y Jacinto terminó ahorcándose en su celda, ubicada en el segundo piso del pabellón cuatro.
Ahora, su alma pulula por la que fue la prisión más tenebrosa del mundo, en busca de la infiel y amada mujer.
CÓMO ERA LECUMBERRI, EL PALACIO NEGRO
Creada inicialmente para albergar una población de 800 hombres, 180 mujeres y 400 menores de 18 años en 804 celdas, contaba con talleres, enfermería, cocina y panadería.
Asimismo, contaba con área gubernamental, servicio médico y salas de espera; así mismo, las celdas estaban de una en una en el área llamada crujías, y contenía una celda de castigo; las puertas eran de hierro sólido y contaban con una cama y sanitario.
Con el paso de los años, Lecumberri fue sobrepoblándose, al punto de al cerrar la penitenciaría contenía casi cuatro mil reos.
Por ella pasaron presos famosos y se grabaron películas de Pedro Infante, y de la década de 1970.
Entre sus paredes estuvieron artistas y políticos que tenían conflictos con los gobiernos de ese entonces, pues eran considerados comunistas, una filosofía que estaba en contra de lo establecido,.