Hábito, fe y tenis: Religiosas participan en la primera carrera arquidiocesana de México

Además del esfuerzo físico, las hermanas encontraron en esta actividad un espacio de crecimiento espiritual y comunitario

Las hermanas demostraron que la vida consagrada no está limitada a la oración y el trabajo.
Las hermanas demostraron que la vida consagrada no está limitada a la oración y el trabajo.

La primera carrera arquidiocesana "Pies en camino" reunió ayer, 30 de marzo, a cientos de corredores con un propósito solidario, pero entre ellos destacaron tres participantes muy especiales: las religiosas de la Congregación Esclavas de la Virgen Dolorosa.

Con hábito, fe y tenis, las hermanas Cecilia Vázquez, Marcela Lote Ríos y Hortensia Allende completaron los 3 kilómetros del recorrido con una motivación especial: ayudar a los sacerdotes ancianos y dar testimonio de que la vida consagrada también incluye esfuerzo físico, disciplina y superación.

A pesar de los desafíos que implicó su preparación (desde encontrar tiempo entre sus múltiples actividades hasta lidiar con la incomodidad inicial de correr con hábito) las religiosas lograron su objetivo con determinación y alegría.

"El deporte es otra manera maravillosa de vivir la vida consagrada", afirmó la hermana Marcela, quien espera que su participación inspire a más jóvenes a considerar este camino.

DIERON SU ESFUERZO COMO OFRENDA

Desde la misa en la Basílica de Guadalupe hasta el último paso en la carrera, las hermanas ofrecieron su esfuerzo como una oración en movimiento. Su historia es un ejemplo de que la fe y el deporte pueden ir de la mano, fortaleciendo cuerpo y espíritu en cada zancada.

Además del esfuerzo físico, las hermanas encontraron en esta carrera un espacio de crecimiento espiritual y comunitario. Para la hermana Cecilia, la mayor inspiración provino de las madres solteras a las que apoyan en su congregación.

"Ellas me demostraron que con fe y voluntad se pueden superar los desafíos más grandes. Si ellas encuentran fuerzas para salir adelante cada día, yo también podía correr estos 3 kilómetros", compartió emocionada.

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LA VIDA CONSAGRADA NO ESTÁ LIMITADA A LA ORACIÓN

La carrera "Pies en camino" no solo marcó un hito para la Arquidiócesis de México, sino que también abrió la puerta a futuras ediciones donde la comunidad religiosa y laica puedan unirse en torno al deporte y la fe.

Con su ejemplo, las hermanas demostraron que la vida consagrada no está limitada a la oración y el trabajo, sino que también es una oportunidad para fortalecer el cuerpo, la mente y el espíritu, siempre con la mirada puesta en Dios.