Conflictos yaquis: mal presagio
Noticia Relacionada
Algunos de los movimientos se ven reales y otros orquestados para seguir dividiendo y tener un pretexto, uno, para no apoyar a la población indígena y, dos, para seguirse apoderando de sus riquezas naturales.
En primer lugar, los habitantes de Vícam se sublevaron y decidieron instalar su propia caseta de cobro ante la negativa de los gobiernos a apoyarlos en sus demandas de respeto a su territorio.
Resulta que la carretera fue ampliada a cuatro carriles varios años después de haberse construido. Ni por una ni otra acción, los yaquis han recibido la compensación pertinente, que es el paso de vía por su territorio.
Y lo mismo sucede con la CFE, Pemex, Teléfonos y otras dependencias o empresas cuyos servicios atraviesan el territorio pero no pagan renta.
Por lo menos cuando se amplió la carretera y se construyó el acueducto Yaqui-Guaymas, el gobierno les prometió que el 10% de los ingresos en la caseta de Esperanza serían para la etnia.
Lo que usted ha recibido es lo que el gobierno ha entregado hasta el momento y es hora de que en todas las comunidades deben tomar agua contaminada.
Ayer, otros miembros de los ocho pueblos se instalaron frente al Danzante Yaqui para manifestar su inconformidad porque nadie actúa, a pesar de las denuncias, en el desalojo de personas que han cometido fraude con la cooperativa de transporte de Vícam.
Se mezclan acusaciones en todos sentidos y amenazan con elevar su tono de protesta si no hay actuaciones de la Fiscalía General del Estado ante los hechos que ya les han presentado una y otra vez.
El problema es que este martes, a partir de las 8:00 horas, la carretera Internacional México 15, frente al parador turístico, se mantendrá bloqueada de manera intermitente por integrantes de la Sociedad Cooperativa de Transporte y Carga de Comunidades Yaquis, en conjunto con autoridades de los ocho pueblos e integrantes de la etnia.
Esta manifestación tiene como fin solicitar apoyo a las autoridades federales para que intervengan en la liberación de las oficinas de la de la sociedad cooperativa.
En esta solicitud se han unido autoridades tradicionales y duales, lo cual habla de que pueden en un momento determinado usar la fuerza de sus tradiciones para obligar a las autoridades a darles respuestas, como se les ha solicitado desde hace varios meses.
El problema es que los gobiernos solamente voltean a ver a los indígenas cuando les toman una carretera o se enfrentan a golpes.
Entonces sí, la aplicación de la ley pero no se ve el tortuguismo y la indiferencia con que los casos de los yaquis han sido tratados.
Tanto el conflicto de Loma de Bácum como el de Loma de Guamúchil y Vícam se ha extendido precisamente porque los funcionarios toman a la ligera los casos y creen que por ser indígenas no merecen ser escuchados.
Es tiempo ya de que la Federación, el Estado y los municipios tomen en serio a los pueblos originarios de Sonora.
Una cosa es la nobleza con que actúan, creyendo a veces a pie juntillas el discurso oficial, y otra es la pérdida de la credibilidad y la paciencia.
Ahora parece que hasta los aliados quieren romper acuerdos. Y cuando eso pase, los servidores públicos que no han actuado, estarán en problemas.
Para comentarios:
francisco@diariodelyaqui.mx