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Campo de girasoles en Mazatlán para salvar a las abejas

El lugar tiene como objetivo la conservación de los ecosistemas a través de los polinizadores; sin embargo, se ha convertido en un atractivo turístico

Campo de girasoles en Mazatlán para salvar a las abejas

Juliana Miche Esparza es una joven que ha sembrado un campo de girasoles por segundo año consecutivo para preservar la conservación de los ecosistemas a través de los agentes polinizadores.

El lema de la joven emprendedora es "¡Salvemos a las abejas!", por lo que acondicionó una pequeña parcela ubicada en el ejido Palmillas, al noroeste de Mazatlán, Sinaloa, misma que estaba abandonada y había pertenecido a su abuelo quien sembraba hortalizas hace algunos años.

En 2022 abrió sus puertas por primera vez el campo de girasoles, y aunque en los planes de Juliana no estaba contemplado abrirlo al público, todo dio un giro gracias a las redes sociales.

El objetivo primordial del sembradío de girasoles era que fuera un santuario para las abejas, pero fue tanto el impacto que causó la iniciativa de la joven, que se convirtió en un atractivo turístico.

"Me siento muy emocionada, el proyecto ha tenido buena respuesta, la gente se va fascinada y sobre todo mi principal objetivo es a conservación de los polinizadores y toda esta gente que vine a visitarme se va con el conocimiento sobre la importancia que tienen en la biodiversidad y los ecosistemas", expresó Juliana Michel.

Destacó que es un lugar pequeño, pero muy productivo, donde abejas, abejorros y mariposas de alimentan del néctar de las flores, pero también llegan otras especies, como colibríes, libélulas y hormigas.

Las personas que llegan al lugar aprovechan para tomarse fotografías y se van maravilladas de encontrarse con un bello espectáculo entre flores, insectos y aves.

“Las abejas son responsables de la gran parte del equilibrio natural, el 70% de los cultivos de productos alimenticios en el mundo son polinizados por abejas, sin ella es un 60% de las frutas y verduras del consumo diario desaparecería”, puntualizó la joven, a quien su amor por la naturaleza la llevó a luchar por realizar su proyecto.

La cuota de acceso al campo de girasoles es voluntaria, y manejan un horario de lunes a viernes de 4 a 6 de la tarde; así como sábados y domingos de 9 de la mañana a 6 de la tarde.