Los hermanos Miguel Ángel y Omar Treviño Morales, exlíderes de Los Zetas, fueron responsables del asesinato de 17 funcionarios públicos que trabajaban en la custodia de centros penitenciarios federales. Los delincuentes apodados El Z40 y El Z42 respectivamente estuvieron involucrados en estos homicidios mientras permanecían en prisión.
Así lo sostuvo Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), tras brindar una conferencia de prensa luego del traslado de los 26 criminales extraditados a Estados Unidos. En esta nota te contamos todos los detalles sobre la muerte de estos funcionarios penitenciarios.

¿CÓMO ESTUVIERON INVOLUVRADOS EL Z40 Y EL Z42 EN LA MUERTE DE 17 FUNCIONARIOS?
El titular de la SSPC brindó detalles impactantes en una conferencia que brindó tras el traslado de los criminales extraditados a Estados Unidos. Allí el funcionario se refirió a los casos de Miguel Ángel Treviño Morales, "El Z-40" y Omar Treviño Morales, "El Z-42" y declaró: "Estos dos sujetos fueron responsables del homicidio de 17 servidores públicos que trabajaban en la custodia de los centros penitenciarios federales y constantemente amenazaban y amedrentaban al personal".
Miguel Ángel fue detenido en julio de 2013, mientras que Omar en marzo de 2015. De esta manera, se estima que en poco más de una década estos criminales habrían asesinado a más de un custodio al año.
Los exlíderes de Los Zetas postergaron sus extradiciones a los Estados Unidos en más de 50 ocasiones. Según García Harfuch el proceso de Miguel Ángel fue pospuesto en 79 ocasiones, mientras que el de su hermano Omar fue pospuesto en 54 ocasiones.
Los hermanos eran líderes de Los Zetas, un grupo criminal que se originó como brazo armado del Cártel del Golfo y, operaba de forma independiente sus redes de tráfico de mariguana y cocaína, y otros delitos como extorsión y secuestro.

García Harfuch explicó que la entrega de los hermanos Treviño Morales a los EEUU el 29 de febrero de 2025 y la transferencia de criminales de este 12 de agosto, ocurrieron por motivos de seguridad pública y nacional, ya que algunos capos seguían delinquiendo incluso dentro de prisión.
De esta manera, se busca frenar las operaciones ilícitas y se garantiza que estos criminales no continúen operando desde los centros penitenciarios.