Votar, la solución

Votar, la solución

Como siempre hay un principio y un final, al periodo electoral le quedan unas cuantas horas para el cumplimiento del deber cívico de votar.

Tras la jornada del 6 de junio pudieran venir otros periodos de forcejeo judicial, pero lo importante es que ese día todo ciudadano habilitado para votar, vaya y lo haga por el candidato de su preferencia.

Si bien las campañas electorales no pudieron ser de mayor cercanía con la gente, ojalá y los mensajes de los candidatos, auténticos o demagógicos, hayan calado hondo en los posibles votantes.

Cada partido, solo o en candidatura común, presentó sus cartas. No puede decirse en todos los casos que fueron las mejores, pero entre esas opciones habrá que rescatar a quienes de alguna manera representan una esperanza de solución a las necesidades comunitarias.

Algunos aspirantes se dieron a conocer más que otros y son los que se quedan fijos en las conciencias del ciudadano, pero también hay quienes, por limitaciones económicas o de equipo, no pudieron alcanzar los niveles de promoción deseados.

Pero todos hicieron la lucha y se presentarán este domingo como las opciones de elección. Ya cada ciudadano los habrá analizado y sabrá por quién votar, independientemente de si son las mismas preferencias de sus amigos, familiares, vecinos o compañeros de trabajo.

Lo importante es que cada persona salga a votar. Que esa responsabilidad cívica de elegir a las autoridades que nos representarán se cumpla a carta cabal entre una gran mayoría de los sonorenses.

Habrá que derrotar al enemigo común que es el abstencionismo. Entre más personas concurran a las urnas, mayor será la probabilidad de elegir a los mejores, pues hay partidos que le apuestan a que solamente salga el llamado "voto duro" y con ello remontar las estadísticas de los otros partidos.

Aquí de lo que se trata es de remontar el promedio de 45% que prácticamente sale en cada elección a depositar su sufragio.

Ojalá que la madurez cívica apremie al electorado para que se pueda superar el 60% de votantes, pues en la medida en que más personas voten la legitimidad y representatividad de los elegidos los habrá de obligar a que cumplan los compromisos de campaña.

Hasta el momento muchos políticos ni siquiera regresan a sus terruños una vez obtenido el voto porque saben que la apatía y el desgano por participar en la cosa pública es de una minoría que muchas de las veces se queda callada ante cualquier atropello.

Pero si hay más ciudadanos exigiendo trabajo a los gobernantes, esa presión social hará que la piensen dos veces antes de robar, mentir o traicionar a quienes le dieron su confianza.

Así que, sonorenses, no hay que pensarla mucho.

Hay que salir a votar.

Comentarios: francisco@diariodelyaqui.mx