El pasado 2 de junio se cumplió un año de la elección federal en la que se renovó la Presidencia de la República, el Senado, la Cámara de Diputados y un sinfín de cargos locales a nivel nacional. Por ello, una vez pasado este tiempo, llegó el momento de hacer un corte de caja, sobre todo en cuanto a los avances que han tenido las autoridades que salieron ganadoras en dichos comicios, pero también respecto a la situación política que guarda nuestro país y Estado.
Podemos afirmar que, Morena y sus aliados se encuentran en la cúspide del poder, con prácticamente todas las gubernaturas importantes, mayoría en el Senado, en la Cámara de Diputados, una buena aceptación de la presidenta Claudia Sheinbaum. Empero, los resultados obtenidos en las elecciones al Poder Judicial donde la participación no fue la esperada, nos hacen replantear los cimientos del anclaje electoral.
Ahora bien, analicemos dónde se encuentran los partidos de oposición. Comencemos por el PAN, partido que, después del descalabro sufrido con la fallida candidatura de Xóchitl Gálvez, la cual nunca pudo consolidar un proyecto de nación que le diera fondo a sus formas, parecía haber entendido el mensaje después de renovar su dirigencia nacional que, en un principio parecía ser diferente con un joven llamado Jorge Romero, quien prometía ser diferente y haber aprendido de los errores, sin que hasta el momento se le haya reconocido por haber "roto el molde" como se dice comúnmente a quienes se atreven a hacer cosas diferentes. Hasta ahora, lo más destacable de dicho partido son las actuaciones de su senador, Ricardo Anaya, quien ha demostrado que lo suyo es el parlamento. En contraste, su partido aliado, el PRI, ha decidido seguir por el mismo camino, de la mano de su histriónico dirigente, Alito Moreno, continúan con la misma estrategia de hace tres, seis y nueve años: apostar por la operación electoral que, hay que reconocer, les ha funcionado en Coahuila y Durango, hasta ahí, perdiendo bastiones que defendían con uñas y dientes como "voto duro", mismo que hoy no es más que un mito. Para ambos partidos la disyuntiva está entre continuar con el idilio que los une y que, salvo en las capitales del país, no les ha dado resultados o, emprender cada uno su propio camino y recuperar la esencia que en el pasado les permitió alcanzar victorias importantes.
Por último, quienes ahora sí, parece que cumplieron su deseo de ser la segunda fuerza electoral es Movimiento Ciudadano, quienes, en las elecciones recientes de Durango y Veracruz, por fin lograron desplazar tanto al PAN como al PRI, de la segunda fuerza electoral compitiendo por primera vez de manera seria contra Morena.
En el caso de Sonora, Morena tiene todos los focos apuntando hacia ellos, sobre todo, en la designación interna de su candidatura con una cantidad considerable de buenos perfiles que pudieran dar la batalla entre los que se encuentra la senadora Lorenia Valles, el senador Heriberto Aguilar, el alcalde de Cajeme, Javier Lamarque, y el secretario de Gobierno, Adolfo Salazar y, así pudiese seguir la lista de quienes aspiran a ocupar la "mini" gubernatura de tres años. Por ello, el reto para Morena y aliados parece encontrarse en elegir oportunamente a su candidato y encontrar la cuadratura al círculo en Hermosillo, donde no sólo no han podido ganar, sino que la pasada elección vieron aumentado el margen de derrota. Esto, aunado a lo ocurrido en Durango y Veracruz, podría ser una lección de que no ganan con cualquier candidato.
Por su parte, los partidos de oposición mantienen sus esperanzas prendidas con alfileres en el alcalde de Hermosillo, Toño Astiazarán, quien puede contar en su currículum con haberle ganado, en su mejor momento, y en un par de ocasiones a la maquinaria de Morena siendo hoy el único aspirante con posibilidades de estar en competencia con dicho partido. Sin embargo, para que esto suceda es necesario que tanto el propio aspirante como los partidos que lo postulen tomen un curso intensivo donde las materias sean: Maquío Clouthier, Luis Donaldo Colosio y "Pelón" Rosas, con lecciones de cómo en los momentos difíciles, el liderazgo se forja a base de carácter para enfrentar al poder y los resultados se construyen con esfuerzo y no con pláticas de café, sobre todo, si vemos que los partidos que abanderan dicho proyecto se encuentran en casos como Nogales y Navojoa en cuarto y quinto lugar, así como en Guaymas y Cajeme donde en las pasadas elecciones locales, Morena obtuvo ventajas superiores al dos a uno.
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