Tenor de una polémica, problemas en elección
No puede negarse que un aviso de esta naturaleza generó diversos comentarios, por el modo tan abrupto en que rompería con una tradición
Una curiosa polémica tomó curso recientemente en Huatabampo. Tiene que ver prácticamente con la ceremonia de cambio de poderes municipales. No parecería que un evento de esta naturaleza (quizá más tradicional que el concepto mismo de tradición) podría quedar sujeto a una radical y curiosa controversia entre reconocidos personajes políticos, quienes, por lo demás, quizá ellos eran los únicos que podían sustentar la diferencia en mención.
Una diferencia que en realidad ya quedó zanjada, pero que no puede negarse llamó poderosamente la atención por el objetivo o concepto que la nutrió originalmente. En esencia, todo comenzó con el anuncio del alcalde electo de Huatabampo, Alberto Vázquez Valencia, de que la ceremonia de protesta del nuevo gobierno municipal se llevaría a cabo en El Júpare. No puede negarse que un aviso de esta naturaleza generó diversos comentarios, por el modo tan abrupto en que rompería con una tradición en la materia observada durante años y más años.
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Pero algo quedó en el aire en relación con el nuevo esquema bajo el cual se formalizará en Huatabampo el arribo de la siguiente administración municipal. Efectivamente, algo parecía flotar en el ambiente y que impedía conceder formalización plena al anuncio respectivo. El asunto en realidad no tenía mayores complicaciones, por lo que su concreción se antojaba difícil. Así ha quedado finalmente en evidencia.
El presidente municipal de Huatabampo, Jesús Flores Mendoza, replicó que no es atribución del alcalde electo definir el lugar, el día y la hora del acto de protesta. Categórico, definió: “Esto es una atribución nuestra, es decir, del alcalde en funciones, síndico y regidores”. Así habló en una sesión de Cabildo en la que igualmente puntualizó: “Además, eso es lo que nos marca la normatividad y la ley y queremos cumplir con ello”. En alusión más que directa a Vázquez Valencia, señaló: “…cuando él sea presidente, entonces sí puede hacer las reuniones de Cabildo donde guste”.
Al escribir estos renglones no se tenía a la mano alguna reacción o comentario del alcalde electo de la Tierra de los Generales en relación con lo dispuesto por el presidente municipal Flores Mendoza. Pero acaso todo permita suponer que esta trama en mención ya no dará para más. Por lo menos así habría que entender las cosas en apego a objetividad o sentido común. Pero no podrá negarse que la propuesta de Vázquez Valencia fue original en más de un sentido. Y bien valdría la pena que se le meditara para examinar su posible concreción en algún futuro próximo, no sólo en Huatabampo, sino también en los demás municipios sureños.
Huatabampo, por lo visto, está resultando en estos días un lugar donde se ubican temas de interés público, susceptibles por esa condición de facilitar el comentario periodístico, como suele ocurrir en circunstancias de esta naturaleza. En esa misma demarcación sureña también está en curso un proceso para elegir a la regidora étnica del próximo Ayuntamiento. Pero un poco para variar (dicho sea, con cabal ironía) las cosas al respecto no se están llevando a cabo como cabría suponer o exigir que ocurriera.
La verdad es que en esta vida hay ciertas y cuales cosas que nunca cambian…ni cambiarán. ¿Por qué?, se preguntaría. Pues porque esas cosas tienen que ser así, se respondería. Es el caso (o puede serlo) de ciertos procesos electorales. Un ejemplo es el que se menciona renglones arriba y que tiene que ver con la futura edil étnica huatabampense.
¿Qué sucede con ese particular mecanismo? Nada, excepto que se está llevando a cabo con muchas irregularidades y problemas. Hay cinco candidatas para la regiduría étnica que se menciona. Las elecciones respectivas tendrán lugar el próximo 18 de agosto. O sea que prácticamente están a la vuelta de la esquina. Todo estaría muy bien y positivo para la incursión de la mujer indígena en la política en principio como representante étnica. Lo malo al parecer es que la elección de que se habla no se está llevando a cabo como cabría suponerlo.
El colmo parecería ser que a las candidatas les han impedido hacer campaña, sin que se conozcan las razones de esa decisión. Así fue denunciado por Abel Ramírez Torres, dirigente de la agrupación Jiapsi Yoreme. Aparte, dijo también que los integrantes de la llamada Comisión Representativa, que son los responsables del proceso, “están muy verdes”, desconocen muchas cosas y se apoyan en el Instituto Estatal Electoral, organismo al que describió sólo como “observador” del proceso. Así las cosas, en un mecanismo electoral que debería transitar bajo otros derroteros más susceptibles de reconocimiento y eficiencia.
armentabalderramagerardo@gmail.com