"Tengo una novia muy...

Tengo una novia muy...

"Tengo una novia muy ardiente. Me pide que le haga el amor tres veces cada día: una por la mañana, por la tarde otra y la tercera en el turno de la noche. Eso me tiene exánime, agotado, exangüe, feble, laso y escuchimizado. He perdido peso; la vista se me anubla; divaga mi cerebro; la dentadura se me está aflojando; se me cae el pelo y traigo desquiciadas todas las funciones corporales". Esa larga relación de males le hizo un joven mancebo al doctor A. Vicena, especialista en Medicina General. Opinó el facultativo: "Eso de hacer el amor tres veces diarias sin sufrir luego consecuencias es algo que sólo pueden lograr quienes beben las miríficas aguas de Saltillo. Si no dispone usted de esas linfas taumatúrgicas debe tener mucho cuidado, porque si sigue haciendo el amor tres veces diarias nos lo cafetearemos pronto". (Abro un paréntesis para decir que eso de "cafetearse" a alguien significa asistir a su velorio, pues en esas ocasiones se sirve café a los apesadumbrados dolientes mientras hablan de política o de futbol, cuentan chistes colorados o, en el caso de las señoras, intercambian chismes). Añadió el médico: "Lo que debe hacer usted, joven, es procurar que su novia pierda interés en el sexo". Replicó el atribulado mancebo: "Doctor: mi novia es mujer lasciva, pasional, libidinosa, lúbrica y sensual. ¿Cómo puedo hacer que pierda interés en el sexo?". Prescribió el facultativo: "Cásese con ella". Avaricio Cenaoscuras es el hombre más cicatero y ruin de la comarca. Su esposa le informó: "En la puerta están unos niños que piden un donativo para la alberca que se construirá en su escuela". Dijo el cutre: "Dales una tina de agua". Babalucas le preguntó a una musa de la noche: "¿Cuánto cobras?". Respondió la mujer: "Depende del tiempo". Y Babalucas: "Digamos frío y neblinoso". El marido le dijo a su esposa: "Comemos y luego vamos a comprar tu aparato". "Está bien -aceptó la señora-. Te espero en la recámara". Repitió el marido alzando la voz: "Te digo que comemos, co-me-mos, y luego vamos a comprar tu aparato para la sordera". FIN.